por Ramón de Isequilla, desde Madrid, @ramonpunta
Paris con toque de queda, Bruselas semi confinada, Alemania tomando medidas más extremas que en la primera ola y el resto asustados, o sea, no tienen idea dónde están parados.
Las noticias que llegan del sur del continente americano son contradictorias y raras, Uruguay estudia a conciencia que es lo que va a hacer con sus fronteras el próximo verano austral, Argentina continúa la cuarentena más larga del siglo sin mejorar sus números y en Chile, país que fuera ejemplo en América, por un lado mejora sus números, reabre parcialmente sus establecimientos turísticos, pero en Santiago, los parientes de nuestros conocidos asalta capillas, queman dos Iglesias durante el primer aniversario de las sangrientas manifestaciones contra el gobierno cumpliendo con el plan del Foro de San Pablo de incendiar Sudamérica.
En España, el peor de la clase, luego de dos semanas con su capital confinada, el panorama turístico es patético. El centro de Madrid sin turistas es una imagen post apocalíptica, los hoteles, bares y restaurantes cerrados, las calles vacías, los Museo del Jamón cerrados, el Mercado San Miguel cerrado y sigue la lista, un espejo que refleja la ruina de la actividad que salvó a España en la crisis del 2008.
Barcelona no se queda atrás en este concurso de suicidio turístico colectivo al que nos están precipitando, y resulta que el turismo, chivo expiatorio del gobierno para lavar las consecuencias de su mala gestión, (refiriéndome al turismo que hacen los madrileños, pues el internacional se lo cargaron hace tiempo), era el responsable de los contagios en las Comunidades Autonómicas vecinas de Castilla y León y Castilla-La Mancha, pero como “la realidad es la única verdad” desde que los madrileños están confinados y no visitan a sus vecinos, el virus crece en forma exponencial en esas comunidades, o sea que el tema no era el turismo, era otra cosa que no tienen la menor idea como combatir.
Esta semana el gobierno será sometido a una moción de censura por su desempeño, en la cual, esperemos que no se use al turismo como excusa para justificar la incapacidad de gobernar.
Portal de América