por Ramón de Isequilla, desde Madrid
Esta última nos llenó de alegría, saber que en tres semanas podremos volver a ver la magia de “Pajarito Valverde”, a nuestro entender próximo Balón de Oro uruguayo, que como dijo un famoso comentarista deportivo, no es un pajarito, es un águila.
Las noticias que esperaba el sector turístico son la vuelta del turismo nacional en junio y del internacional en julio, o sea tendremos verano, no estará el año totalmente perdido y podrán sobrevivir algunos empresarios y sus correspondientes fuentes de trabajo.
En un giro de 180 grados, las autoridades nacionales, en pocas horas pasaron de despreciar el turismo a considerarlo el factor fundamental para la recuperación de la crisis, cosas veredes.
La noticia fue tomada con escepticismo, esperábamos una explosión de alegría, pero no fue así, pues según afirman algunos, no deja de ser un anuncio vacío de contenido, que no trae acompañado las medidas que se necesitan para poner de nuevo en marcha el complejo mecanismo de relojería que es la actividad turística.
Desde el exterior nos llegan noticias no muy buenas, según VOZPOPULI, “Francia pide a sus ciudadanos que eviten viajar a España debido a sus medidas contradictorias.
La ministra de Transición Ecológica e Inclusión del gobierno francés, Élisabeth Borne, cree que "es contradictorio" que España abra sus fronteras, pero imponga una cuarentena de 14 días a los viajeros.
El daño causado al turismo por las declaraciones y medidas del gobierno pasa factura, debiendo ser serios y coherentes, decir una cosa y la contraria se paga con pérdida de credibilidad y lo primero que debe tener un destino turístico es ser creíble en su oferta.
Esperemos a las próximas horas, donde Madrid, Barcelona y Castilla y León pasarán a Fase 1 y el resto de España a Fase 2, para analizar las consecuencias que esto acarrea, teniendo en cuenta que para concretar la llegada de turistas de “orígenes seguros” a “destinos seguros”, según palabras del presidente, se debe haber terminado la Fase 3.
Este fin de semana vimos a los propietarios de los bares de Madrid, limpiando, pintando y arreglando, con gran entusiasmo, para abrir hoy parcialmente sus terrazas, y que Madrid vuelva a ser Madrid, pues Madrid sin terrazas “no es Madrid”.
Portal de América