por Ramón de Isequilla Real de Azúa, desde Madrid
Ordenemos un poco las ideas. Las novedades de China es que siguen creciendo los casos de contagio y las muertes al mismo ritmo que venían ocurriendo los últimos días. Dentro de todo lo malo, no crece exponencialmente.
Pero la intensidad de la noticia se debe a que se trasladó a Europa, para ustedes lejos, pero para mi, el patio trasero. Italia es una catarata de alarmas, pasamos en un par de horas de tres, a cuatro, a cinco, en este momento siete muertes y lamentablemente cuando lean esta noticia, puede ser mayor.
En España en dos lugares distintos cinco casos no confirmados, todos estuvieron en Italia la semana pasada. Ya no es más China el peligro, ahora Italia también. Debemos recordar que los nueve posibles casos anteriores dieron todos negativo, falsa alarma.
La OMS nombra por primeva vez la maldita palabra “Pandemia”, y dice que debemos prepararnos para una eventual pandemia (SIC). ¿Qué quieren decir con esto?, ¿para qué lo dicen?, ¿es precaución, es alarmismo, es un juego geopolítico?, lo sabremos quizás en los próximos días.
Para colmo se mete la política, hay indignación en los funcionarios de Ministerio de Sanidad, pues la planta de uno de sus edificios fue ocupada por el vicepresidente, un ministro y la legión de asesores pertenecientes al grupo comunista de la coalición de gobierno, que nada tienen que ver con la salud, en un momento de gran sensibilidad por el uso de las instalaciones sanitarias.
Desplome de las bolsas en Europa y EEUU, síntoma del miedo del capital cuando siente el riesgo de una crisis que afecte la economía.
En este momento Canarias es el lugar del mundo con peor calidad de aire, producto de la calima, con miles de pasajeros varados por el cierre de aeropuertos, apareciendo los primeros casos de personas con dificultades respiratorias por la arena flotando en el aire.
Y como fin de la jornada, existe la posibilidad que el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, tenga que entrar en cuarentena, si se confirma que el primer ministro de Eslovaquia que está internado padece de coronavirus. La sola idea de que todos los primeros ministros de la Unión Europea terminen en cuarentena por haber compartido varias horas con un infectado es digna de la más audaz novela de ciencia ficción.
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