Ahora, mas allá de la experiencia personal, que creo puede aportar la mirada de un foráneo, 25 años después creo que es uno de los patrimonios no explotados como recurso turístico del Uruguay…esa sensación intangible e indescriptible de querer quedarse o querer volver sin que uno logre identificar claramente que es lo que extraña.

Sin pirámides, ni cataratas, ni volcanes, ni una historia, monumentos o geografía particularmente impresionantes Uruguay sigue sin embargo creciendo en cifras cada vez mas significativas de gente que nos visita.

Somos un fenómeno de estudio hasta para la OMT ¿y si hacemos el ejercicio de pensar po rqué?

En lo personal tengo una teoría muy querida que tiene que ver con la mirada a lo esencial, a lo que no deslumbra pero si cautiva. Lento, despacito, convenciendo sin apuros, “a la uruguaya” uno va cayendo rendido y queda así prendado por siempre.

En estos tiempos de anunciadas y diferentes nuevas crisis (tal como cuando nos ataca una crisis de pareja), quizás debamos aprender a mirar las cualidades esenciales de nuestro país, esas pequeñas cosas uruguayas, esos paisajes mansos y tranquilos en un mundo que ya casi no los tiene, esos diferenciales que no son evidentes pero que siempre vale la pena redescubrir y revalorar.

Tenemos todo un nuevo tiempo por delante para mirarnos de nuevo...¿por qué no aprovecharlo para redescubrirnos y reenamorarnos?…o ambos.

Los invito a hacerlo con nuevos ojos.

Portal de América