por Bárbara Gimpel, desde Montevideo

A menudo quisiéramos dedicar ese tiempo a nuestras aficiones o a nuestra familia. Pero no hay opción, ese vuelo vamos a tener que tomarlo. Pues ya que estamos, aprovechemos el rato...

¿Qué hacer cuando estamos “atrapados” en un vuelo?

Los vuelos son situaciones especiales en las que estamos sentados cerca de otras personas, muy cerca, más cerca de lo que estaríamos en un bar o restaurante.

¿Qué podemos hacer para conectar con perspectivas nuevas?

A través del azar quizá conectemos con “recursos”. Y gracias a la proactividad podremos conectar con “ideas”.

El azar para conectar con "recursos"

Hay varios ejemplos de emprendedores que, por casualidad, hicieron un vuelo sentados al lado de un inversor que acabó invirtiendo en su empresa.

Fue primordial el azar de la asignación de asientos. También se conocen otros casos de ejecutivos que, también por casualidad, se sentaron al lado de un cliente potencial que acabó siendo su cliente más importante. O incluso, profesionales que estuvieron sentados al lado de quien sería su futuro jefe.

En estos casos, el azar (la “ruleta” de la asignación de asientos) ha hecho que se pueda conectar con “recursos”, ya sean recursos financieros o recursos humanos.

Pero la casualidad no es la amiga del éxito. La causalidad pasa...pues por casualidad.

¿Qué podemos hacer proactivamente?

Algunos emprendedores han forzado esa casualidad en algún vuelo. Un caso famoso es el de Richard Branson. En los años 90, Branson estaba intentando convencer al presentador estrella Chris Evans para que trabajase en Virgin Radio. Finalmente lo consiguió. Cuando supo en qué vuelo del Concorde iba, compró un billete para el mismo vuelo. Durante el vuelo le convenció y firmaron un precontrato en una servilleta.

La proactividad para conectar con "ideas"

Si en lugar de conectar con “recursos” intentamos conectar con “ideas”, las posibilidades para actuar proactivamente son mucho mayores.

Veámoslo de otra manera.

¿Qué probabilidad tiene usted de sentarse en el próximo vuelo cerca de un inversor? En cambio, ¿Qué probabilidad tiene de sentarse cerca de una persona que tenga una perspectiva, sobre un tema de interés, diferente de la suya?.

Evidentemente la segunda probabilidad es mucho mayor que la primera. Y muy probablemente también la perspectiva del vecino le pueda ser útil a usted o a su empresa.

Como el mismo Richard Branson escribe, “si tienes una menta abierta, mientras viajes puedes tener inspiración e ideas que pueden cambiarte la vida”.

Nunca sabrás lo que te has perdido si no hablas con tu vecino. Pero hay que abrir su mente antes de hablar con él.

Hay que prepararse a descubrir posibles perspectivas que pueden ser útiles. Hablar con el vecino es la solución obvio; pero ¿qué más podríamos hacer? Mucho más y a la vez es mucho menos dependiente del azar (del “sorteo” que reparte los asientos).

Podemos mirar a nuestro alrededor. No solo ver sino observar qué hace la gente. ¿Qué están leyendo otros pasajeros? Así podemos descubrir revistas interesantes que no conocíamos. O incluso algún libro.

A pesar de lo escrito hasta aquí, habrá días en los que tomamos el vuelo de regreso sumamente cansados. En esos casos, probablemente lo mejor que podemos hacer es conectar perspectivas con nuestro propio sueño y llegar descansados para disfrutar del tiempo con nuestra familia…

Les dejo un pensamiento que nos invita a dejar volar las ideas, a comandar nuestros tiempos de acuerdo a las habilidades que podamos o aprendamos a desarrollar: “La mala noticia es que el tiempo vuela, la buena noticia es que tú eres el piloto”. M. Althsuler                                                                                      

Portal de América - Fuente: www.gebta.es