22 hombres tras una pelota
Martes, 10 Junio 2014

22 hombres tras una pelota
Con muchos problemas de organización, el estadio principal sin terminar y con ausencia notable de jugadores,  se puso en marcha la cuarta edición del campeonato mundial de futbol de 1950, 64 años después, Brasil vive las mismas penurias para celebrar la vigésima edición de un torneo convertido en el evento deportivo más importante del planeta, cuya trascendencia está muy por arriba de lo que pueden ofrecer los brasileños, pese al esfuerzo de un gobierno que de manera efímera se sintió una potencia de primer mundo, pero pronto, la economía global y un pueblo con necesidades elementales de todo tipo, le recordaron que todavía están en desarrollo.
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por Ricardo Salazar

La situación actual no está lejos de lo que sucedió en mayo de 1950, cuando Brasil no completaba los 16 participantes tras las renuncias de la India, por no dejarlos jugar descalzos, Turquía por problemas políticos internos y Escocia que protestó los largos viajes para sostener sus partidos. Portugal y Francia desestimaron la invitación y el estadio Mario Filho, enclavado en el barrio de Maracaná, Río de Janeiro, estaba inconcluso.

En medio de la improvisación, la selección anfitriona  tiene toda la presión social y sobre los botines de Neymar está el peso del sexto título, único aliciente que puede impedir un caos.  En 1934, el primer ministro y dictador italiano Benito Mussolini mandó un mensaje a la squadra azzurra: “No sé cómo lo harán, pero Italia debe ganar el campeonato”. El arbitraje benefició ampliamente a los locales, ganaron el cetro y el entrenador Vitorio Pozzo salvó la cabeza, misma que perdió el duque en abril de 1945.

Además del scratch du oro, España, Alemania y Argentina son los favoritos para ganar el certamen. La furia tiene todo el hándicap en contra del naufragio del Barcelona, recordando que el campeón de la UEFA Champions League, Real Madrid, tiene una base importante de extranjeros. Alemania apuesta por el espectáculo ofensivo, hambre de triunfo y algunas ausencias. Marco Reus, la última de ellas. Su más reciente éxito de importancia tiene 18 años de antigüedad, la Eurocopa de naciones de 1996 y la última conquista mundialista en 1960. Toda Argentina apuesta por Lionel Messi y de no presentarse algún contratiempo, puede conducirse sin tanto apremio hasta la semifinal. En octavos de final, Suiza o Ecuador serían sus rivales, Bélgica o Portugal en cuartos y España, Holanda o Croacia en la antesala de regresar a Maracaná, donde van a jugar el 15 de junio contra Bosnia.

Después destaca un grupo de selecciones que pueden convertirse en caballo negro: Holanda, Italia, Francia, Portugal, Uruguay e Inglaterra. Siguen tres que pueden dar la campanada: Bélgica, Suiza o Rusia. Con excepción de Costa de Marfil, los africanos parecen condenados a quedar eliminados en la primera ronda. Los representantes de Concacaf (Costa Rica, Estados Unidos, Honduras y México) podrían quedarse sin victoria por primera vez desde 1982. Japón y la República de Corea podrían ganar un partido, no así Australia e Irán. Croacia, Chile y Colombia pueden destacarse como buenos animadores.  Entre los tres restantes europeos, Croacia, Bosnia Herzegovina y Grecia tienen argumentos para meterse a octavos de final. El balón empezará a rodar y a su vez, millones de dólares en todo el mundo comenzarán a circular alrededor del espectáculo más atrayente de todo el planeta con 22 hombres tras una pelota.

Portal de América - Fuente: www.excelsior.com.mx

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