por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires (con una cuarentena a la que no se le encuentra la salida y cada vez encierra más a los gobiernos)
Sin embargo mi búsqueda tuvo excepciones como fue la respuesta de la familia Maipach, dueños del complejo “El Mirador”, recostado sobre la Sierra de la Ventana en la ruta provincial 76 Km 226. Como saben nuestros lectores es un lugar que frecuento y que suelo recomendar.
Obvio, el complejo de hotel y restaurante están cerrados desde el pasado mes de marzo por lo que no existen ingresos. La principal preocupación de la familia es la posibilidad de seguir pagando los salarios de los que dependen 16 familias, la mayoría de la localidad de Tornquist.
Para aprovechar este tiempo de cuarentena y no considerarlo como “tiempo perdido”, los Maipach resolvieron encarar obras de mantenimiento y refacción, no solo en el hotel sino también en las cabañas que integran el complejo y del restaurante.
En sus pronósticos, por la ubicación del complejo suele ser lugar de paso y de destino, estiman que la actividad se recuperará a partir del próximo verano y confían en una primera etapa en su clientela especialmente de ciudades y pueblos cercanos, sin perjuicio de los porteños, también asiduos visitantes.
Para la gente que va hacia la Patagonia, sea la costa o la cordillera, es recomendable una estadía de por lo menos tres noches, que es la estadía mínima en temporada. Para los que buscan el complejo como destino, la zona ofrece escenarios dignos de recorrerse.
En las cercanías está el Parque Provincial Ernesto Tornquist, donde se encuentran diferentes atractivos tales como Cerro Ventana, Garganta Olvidada, Piletones y Garganta del Diablo.
También es muy acogedora la “Villa Ventana” y conocer las diversas historias de la zona como lo fue el “Sierra de la Ventana club Hotel”, cuyas ruinas nos dejan un mensaje de lo que se esperaba de nuestro país a propios del siglo pasado y lo que es hoy, diría las ruinas de un proyecto que no supimos materializar.
En la Villa es inevitable evitar la tentación de comprar productos artesanales como los dulces de pomelo, naranja o mandarina. Morrones preparados en diferentes formas y los vinos de la zona que vale la pena “catar”.
Volviendo al tema de esta nota cuando conversaba con la gente a su vez me preguntaban cuándo “regresaría la normalidad”.
No es fácil responder porque lo natural es que la “normalidad se normalice permanentemente” es como aquello de Heráclito de Éfeso, “nunca te bañaras dos veces en el mismo rio”, o “lo que existe cambia, por el hecho de ser”.
Volver a la normalidad es un oxímoron, ya que la normalidad de ayer no debería ser la normalidad de hoy. Cuando se hace culto a la normalidad comienzan los fracasos y los atrasos.
No me gusta hablar del mundo después del coronavirus, en todo caso debemos pensar sobre las decisiones que tomaron los gobiernos sobre las cuarentenas, y en el caso Argentino, aunque parezca absurdo, una sola persona, el presidente Alberto Fernandez, la impuso lo que significó paralizar al país.
No se tuvieron en cuenta las consecuencias de esa decisión que acelerará esta caída sin fin de la Argentina hacia un abismo que parece infinito.
Como lo explicó Andres Malamud en el portal Infobae, “La cuarentena argentina es la revista Barcelona: una solución europea para los problemas argentinos, es algo que no hicieron ni Estados Unidos, ni México, ni Brasil”.
En otro párrafo de su reportaje decía respecto al Presidente de Brasil por su modo de encarar esta cuestión del Covid-19: “No, no está loco. Y no me creas a mí. Hay una entrevista maravillosa a un epidemiólogo sueco que sostiene la postura diferente, la que siguieron los británicos al principio. Dice lo mismo que Bolsonaro de manera mucho más razonable: esto es una gripe un poco fuerte, va a matar a alguna gente, pero si no la mata ahora la va a matar después, porque aplanar la curva es postergar el pico, y lo que tenemos que buscar es que haya las consecuencias menos graves posibles ante algo que va a pasar de todos modos.”
Soy de los que creen que esta cuestión del COVID-19, asustó a muchos gobiernos al tiempo que se hizo un uso partidario de la cuestión.
Aun no es tiempo de ponderar aciertos y errores pero si comparamos las muertes con el número de habitantes del planeta, el resultado parecería insignificante. Tampoco sabemos si en este lapso murió más gente que en tiempos “normales”.
La única verdad es que la economía del mundo ha recibido como se dice en España un feroz “varapalo” y la de la Argentina, no les cuento…
Otro tema que algún día se deberá analizar es el papel que jugó la prensa del mundo en esta cuestión del covid-19 colocándolo en la Agenda del mundo como “PANDEMIA”.
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