por Ariel Badán Carreras, desde Córdoba
Pero no solamente el segmento de ocio y compras se vería afectado, sino que la organización de reuniones, viajes de incentivo, congresos y eventos, conocido como industria MICE (por sus siglas en inglés), también se vería afectado muy fuertemente, dado el grado de incertidumbre que esta política arancelaria crea, y eso es muy malo para la industria de congresos y eventos. Seguramente los organizadores y las empresas buscarán otros destinos más previsibles para sus actividades MICE.
Los turistas pueden percibir a EE.UU. como menos acogedor o más costoso, lo que puede influir en su decisión de visitarlo.
Para gran parte de Latinoamérica sin dudas, la nueva medida del Gobierno de Estados Unidos amenaza con cambiar las reglas del juego. Para miles de argentinos que, aprovechando un dólar oficial contenido y precios competitivos, habían reactivado los viajes de compras hacia EE.UU país catalogado como la meca del consumismo, seguramente ya no será así.
Estas medidas de Donald Trump seguramente aumentarán los costos tanto para el turismo interno e internacional. Si EE.UU. impone aranceles a bienes como alimentos, tecnología o transporte, seguramente impactará en los costos operativos de hoteles, aerolíneas y restaurantes y se verá reflejado en un turismo más caro para los visitantes haciendo que visitar EE.UU. ser más caro reducirá la demanda.
Del otro lado de la balanza seguramente se registrará una menor salida de turistas estadounidenses al extranjero. Si se encarecen los productos importados o se genera incertidumbre económica, los ciudadanos estadounidenses pueden gastar menos en viajes internacionales y esto impactará seguramente en destinos que reciben muchos visitantes de EE.UU. y que podrían ver reducidos sus ingresos turísticos.
Otro tema a considerar es la posible reducción de vuelos. Si disminuye el flujo turístico, las aerolíneas pueden recortar rutas internacionales hacia y desde EE.UU. Con menor demanda o mayor costo operativo, los precios podrían fluctuar.
El grado de incertidumbre que se manifiesta globalmente en el sector de los viajes se está viendo reflejado en las perdidas en el sector aéreo, que están registrando las grandes aerolíneas como American Airlines y Delta Airlines, así como en Europa con grupos como IAG (Iberia, Vueling y British Airways).
Es muy posible que si las industrias relacionadas con el turismo (hotelería, transporte, entretenimiento) anticipan menos visitantes, podrían frenar inversiones o expansiones.
Ciudades o regiones que dependen fuertemente del turismo extranjero (como Nueva York, Miami, Las Vegas, Orlando) podrían ver una fuerte caída en ingresos, lo que puede generar pérdida de empleos en sectores como la hostelería, transporte y entretenimiento.
En resumen, la política de aumento arancelario a partir del 9 de abril de 2025 implementada por Donald Trump ha desencadenado una serie de reacciones y tensiones a nivel mundial, afectando tanto a mercados financieros como a relaciones diplomáticas y comerciales entre las principales economías del mundo y la industria del turismo en todos sus segmentos se verá grandemente afectada.
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