Los problemas empezaron a las 8.20 de la mañana y el culpable se llama Vodafone. Vodafone, la compañía telefónica, es responsable de las comunicaciones del aeropuerto, que se vio envuelta en el desaguisado. La caída del sistema también impidió saber dónde llegarían las maletas en llegadas, con lo que los pasajeros tuvieron la aventura de ir de cinta en cinta, a ver si su maleta se encontraba donde pensaban.

Los trabajadores del aeropuerto, no obstante, en un esfuerzo insuperable, diseñaron rápidamente un modo alternativo de trabajo, usando ‘walkie-talkies’ y pizarras. Un empleado se puso en cada pizarra donde iba escribiendo los vuelos y la situación de los mismos, aunque no era fácil para los viajeros ver qué ocurría.

Las medidas de emergencia del aeropuerto, sin embargo, no llamaron la atención, porque los pasajeros lógicamente se imaginaban sistemas alternativos de comunicaciones, no recurrir al tradicional rotulador sobre pizarras en blanco.

Una hora después del inicio del lío, Vodafone dijo haber identificado el problema, que al parecer fue culpa de un cable de fibra de vidrio por el que discurre la información. Una hora aún más tarde, los problemas quedaron resueltos, no sin antes dejar una muestra de imágenes surrealistas en la Europa de hoy.

Cabe recordar que en el verano pasado el aeropuerto de Gatwick tuvo que detener sus operaciones a causa de un ‘drone’  que sobrevolaba su espacio aéreo (Un ‘drone’ provoca el caos en el aeropuerto de Gatwick). Asimismo en septiembre de 2017, se produjeron retrasos y cancelaciones en decenas de aeropuertos internacionales, entre ellos el londinense, por fallos en los sistemas de facturación de las aerolíneas.

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