por Daniel Romagnoli, desde Miami
Grande y largo, cómodo y espacioso pero con toda la vitamina disponible como para asustar al eventual copiloto, el Charger Hellcat en la versión que probamos, se muestra en una combinación de gris plomo con interior combinado en napa roja y toda una estampa de agresividad pura que hacen que los transeúntes y automovilistas se sorprendan y saluden. Los neófitos y que de autos nada entienden, intuyen en la apariencia estar frente a un depredador, los que si conocen y saben, no hacen más que gesticular admiración y estupor, pues bien saben de que en las entrañas de este monstruo se oculta un corazón de sobrada energía.
Al analizar el vehículo previo a la conducción, imaginamos por dimensiones y peso cierta dificultad en el transito en curvas cerradas y comprometidas, por el contrario para encarar curvones rápidos sabíamos que el desempeño era excelente, sin embargo equivocados estábamos ya que el chasis y los frenos con generosas pinzas Brembo, detienen y hacen doblar al Hellcat como si fuese un auto de reducidas dimensiones.
La caja mixta de 8 velocidades selecciona las marchas para que toda la tropa interna y desenfrenada catapulten hacia adelante el auto y que el Supercharger robusto le entregue toda la potencia, provocando entre corte y corte un alucinante sonido con llamarada incluida.
Comentario más que interesante es el panel de información al conductor, en cuyo display se muestran todas las opciones y posibilidades de programar el auto, siendo la versión básica de 500 caballos de fuerza en el denominado modo ECO, pasando por la SPORT y la TRACK siendo esta la que en forma automática posesiona al auto con sus 700 caballos y combinaciones de suspensión, frenos, tracción y transmisión adecuadas.
En suma un autentico musculoso americano y con doble beneficio, el único sedan cuatro puertas y de precio a mitad de la competencia importada. Precio en el mercado continental americano a partir de $ 69.000.00 mas impuestos.
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