por Bárbara Gimpel, desde Montevideo

Comienza entonces  -a lo que debiera ser la mitad de temporada-  la clásica discusión acerca del perfil de turista que vino, los precios, la efectividad o fracaso de las acciones promocionales, los segmentos de público, etcétera. Cuestión por cierto a la que ya estamos acostumbrados y no por eso deja de sorprendernos. Nosotros estamos convencidos de que  es otra la discusión de fondo que debe darse (y por cierto no en estas fechas).

Miramos en varios artículos y titulares como el tema comienza a girar en el tópico de siempre: “los precios” y no podemos dejar de preguntarnos si es un parámetro a considerar para nuestro destino estrella. Para un destino como Punta del Este, que es el que acapara la atención y mediciones y donde transcurrió este sábado la reunión de la Cámara Uruguaya de Turismo, no debiera ser un tema ni planteable.

Quizás a muchos les rechine esta visión pero la realidad es que Punta del Este en temporada no es un destino para todo el mundo. No es ni debe ser un destino de turismo masivo, entendido este como una propuesta que abarque a la mayor cantidad de personas posible sino todo lo contrario.

Turismo selectivo: es aquel segmento de élite, con buen poder económico que busca alternativas a su medida. Destinos poco difundidos, lugares y hoteles con características especiales, lujo, etcétera.

Estemos de acuerdo o no y casi en secuencia natural Punta del Este ha sido tocada con esa aura de glamour que sigue resultando un imán irresistible aún con todas sus mutaciones.

Su nombre lo deja clarísimo pero vamos a un buen ejemplo:

El turismo de ski se trataba en un principio de un turismo selectivo para viajeros con alto poder adquisitivo y si bien la oferta ha generado lugares masificados (léase bien este ya que lo tenemos cerca, Bariloche terminó sucumbiendo  a ello) continúan existiendo lugares como Aspen en el corazón de las Montañas Rocosas de Estados Unidos.

El pueblo está 100% orientado al turismo y nos sorprende con su exquisita arquitectura victoriana. Quien pueda acceder se encontrará paseando a Mariah Carey, Kate Hudson, Goldie Hawn con el también actor Kurt Russell, Jack Nicholson, Michael Douglas, Charlie Sheen, Martina Navratilova, Roman Abramovich, Kevin Costner, Tommy Mottola y su esposa Thalia, Heidi Klum.

También tenemos Courchevel en Europa, situado en el corazón de la zona esquiable más grande del mundo, llamado el St. Tropez de deportes de invierno atrae a una clientela de VIPS y familias reales, incluyendo el príncipe Guillermo y Kate Middleton, los Beckham, Christina Aquilera, Geri Halliwell, Lionel Richie, la familia real Saudita, Robbie Williams, Roman Abramovich, George Clooney, Giorgio Armani, el rey de Marruecos y muchos otros.

¿Podemos negar que en Punta del Este hemos tenido y continuamos teniendo todo un desfile de celebridades y personalidades de igual o mayor brillo que incluye a realeza, actrices y
actores, futbolistas, literatos, empresarios, pensadores, músicos, deportistas, intelectuales, políticos, artistas y un enorme etcétera? La respuesta es no, no podemos. Ellos aman Punta del Este aún más que nosotros mismos.

Volviendo al tema de los precios entonces (y dando por descontado que este público no necesita se contemple este aspecto), si la situación expuesta por los operadores turísticos es que “la otra cifra que les importa es el gasto (la cual el Ministerio de Turismo tiene aún "en análisis"...), nos parece un tanto contradictorio que se promueva una baja de precios “entre semana” o en cualquier otro momento en plena temporada alta. La conclusión lógica es que va a contrapelo de obtener un mayor gasto (analizado per cápita).

Estamos absolutamente convencidos que no podemos ir hacia el “Turismo de masas”, ese que se realiza en gran número por todo tipo de personas, sin importar su nivel económico, por lo que no es un tipo de turismo exclusivo. Es el más convencional, pasivo y estacional, el normalmente menos exigente y especializado, el que seguramente no nos exige ni nos lleva a la mejora.

¿En realidad alguien quiere eso para Punta del Este? Sinceramente no lo creo. Pero contrario a lo que pueda entenderse, afirmamos esto no solo porque estaríamos sacrificando décadas de esfuerzo y un lugar de visibilidad privilegiado en el mundo, sino además estaríamos sacrificando a los nuestros. Como vivimos allí conocemos de cerca la dependencia de la población zonal a una “buena temporada” a un “buen turista”, a ese que le gusta el buen servicio y lo paga. Por eso nuestro punto de vista tiene una profunda impronta social. Defendemos ese turista porque es defender mejores fuentes laborales, más especialización, mejor calidad y mejor turismo. Ese turista les asegura un buen vivir y una buena calidad de vida a nuestros conciudadanos el resto del año y de eso se trata el turismo ético y responsable, de cuidar y preservar a la población local y generar derrame del bueno.

Llegó la hora de decidir qué tipo de destino turístico queremos construir, sin medias tintas.

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