Durante el último Congreso Anual de la Faevyt (CAF), que se llevó a cabo en Córdoba, el Observatorio Económico de las Agencias de Viajes (Oeatur), creado por la federación presentó su Anuario Estadístico 2017, que incluyó importantes datos para comprender las dimensiones y el impacto del sector, muchas de las cuales fueron anticipadas por Rèport en su edición del 21 de mayo.
La presentación estuvo a cargo de Pablo Singerman, director del organismo; Camilo Makon, su socio en la consultora Singerman-Makon; y el responsable del sector turístico del estudio, Gastón de la Cruz, quienes detallaron, por ejemplo, que el 99,9% de las agencias de viajes del país son mipymes, a la luz de la nueva clasificación que realiza la Sepyme teniendo en cuenta la cantidad de empleados y no la facturación, como se hacía hasta hace apenas unas semanas. Solo Despegar y Almundo son consideradas grandes empresas, dado que son las únicas que tienen más de 535 trabajadores, representando el 0,1% del total nacional.
Pero además de esta pormenorizada radiografía de las 5338 agencias registradas el año pasado, los economistas ofrecieron a la prensa especializada las proyecciones para este 2018, según innumerables fuentes, como el Rofex (mercado de dólar futuro), el Banco Central y destacadas consultoras privadas.
En cuanto a la economía en general, tal vez el dato más relevante es que la devaluación del peso parece no tener fin, y ya se están negociando operaciones futuras con un dólar a 29,5 pesos en diciembre (+22,4%) y a 31,25 pesos en abril de 2019 (+31,7%), en ambos casos en relación al promedio del 25% de las últimas semanas.
Esta depreciación de la moneda nacional, sostuvieron, formará parte de un escenario de estancamiento de la economía, que confirmaría el diagnóstico de muchos especialistas: el regreso a una estanflación (estancamiento con inflación). El PBI se incrementará durante este año un 1,9%, por debajo de las expectativas, con una inflación base del 22% (aunque los datos privados ya la ubican entre el 27% y el 30%). Con este marco, el emisivo, que viene sosteniendo una incontrolable curva ascendente desde 2014 (es más: prácticamente se duplicó desde 2010) y un alza del 15,2% en el primer trimestre de este 2018, se vería severamente afectado luego de la última corrida cambiaria. ¿Cuánto impactará? ¿Habrá caída o solo desaceleración? No se sabe, o al menos no se informó.
Sin embargo, y como contrapartida, la suerte del receptivo parece seguir el camino inverso. Según el Oeatur, el creciente valor del dólar llevará a los arribos internacionales a un crecimiento del 6,75%, con un total de 7,12 millones de pasajeros saliendo por todas las vías. En ese mismo sentido, se estima que las exportaciones por turismo (esto es, la cantidad de divisas que se generan como consecuencia de la llegada de visitantes no residentes) se incrementen de manera casi proporcional, en un 6,8%. De este modo, el turismo se ubicaría como el cuarto complejo exportador del país, compitiendo palmo a palmo con el sector automotriz que, a su vez, requiere un gran volumen de importaciones para funcionar.
Dado este contexto, un rápido e improvisado análisis permite realizar el siguiente razonamiento: si el tipo de cambio está desalentando la salida de argentinos al exterior, pero el acto de viajar se ha convertido ya en una costumbre y una necesidad de estos, resulta altamente probable que el turismo interno acelere su curva de crecimiento. En los primeros dos meses del año (según los registros del Indec), se acumula un alza del 2% en los viajes domésticos.
Sin embargo, habrá que esperar a ver qué rol juega la inflación en este proceso. Aunque el tipo de cambio muestra caros los paquetes al exterior, el pasajero podría percibirlos como convenientes si los precios locales suben al ritmo de los aumentos de tarifas.
Portal de América - Fuente: Reporte en línea