Schiphol Group está "buscando activamente oportunidades para aumentar su presencia en los EE. UU.", Dijo Gert-Jan de Graaff, presidente y CEO de JFK International Air Terminal LLC, que controla la Terminal 4 de JFK. "Ellos creen que pueden agregar valor a los aeropuertos en este país". Schiphol Group es dueño de JFK International Air Terminal LLC.

Es un concepto inusual en los Estados Unidos, donde los municipios controlan muchos aeropuertos y terminales, y los opera más como departamentos burocráticos que como empresas privadas. Pero en otros lugares, las empresas privadas gobiernan, utilizando su experiencia para reducir los costos para las aerolíneas mientras mejoran las comodidades para los clientes. En junio, de Graaff se irá a una empresa privada en Brisbane, Australia, que gestiona no solo una terminal , sino todo el aeropuerto de Brisbane.

La administración de Trump expresó la idea de que el gobierno venda dos aeropuertos en Washington, DC, y mientras eso ocurra, parece más probable que lentamente en los aeropuertos de EE. UU. más empresas privadas controlen más terminales, en lugar de aeropuertos completos.

"He visto en los últimos dos años mucha discusión sobre la asociación público-privada", dijo de Graaff. "Definitivamente hay un interés en esa forma de financiación".

Es un modelo que funcionó bien en la Terminal 4 durante más de 20 años, dijo de Graaff. La terminal es utilizada por 34 aerolíneas, con Delta Air Lines como el mayor inquilino, que representa el 60 por ciento de los pasajeros.

Uno de los puntos fuertes de su operador es mejorar las opciones de venta al por menor y alimentos y bebidas. Las aerolíneas lo aprecian, no solo porque quieren mantener contentos a los pasajeros, sino también porque los operadores de terminales que obtienen más ingresos de las compras tienden a mantener las rentas más bajas para los transportistas. Los operadores de terminales públicas hacen lo mismo, pero debido a que a menudo son departamentos municipales, puede que no sea su prioridad número uno.

"Hacemos una cosa en el mundo: gestionar la Terminal 4", dijo. "Las organizaciones gubernamentales intentan complacer a muchos jefes. Nuestra tarea es más simple y específica ".

Paso a paso

No siempre es fácil. El mes pasado, el aeropuerto JFK sufrió varios días después de una tormenta de nieve masiva, y el operador del aeropuerto, la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, fue el principal culpable. Mientras, la Terminal 4 tuvo su propio accidente después de que se rompió una tubería de agua debido a las bajas temperaturas.

El problema de la tubería podría haber ocurrido en cualquier lugar, pero la tormenta de nieve dejó en claro un problema exclusivo de JFK. Sus seis terminales son operadas por diferentes grupos, y el aeropuerto está controlado por otra, la Autoridad Portuaria. Los terminales funcionan como empresas separadas y no necesariamente se ayudan mutuamente durante los momentos difíciles. Un avión programado para llegar a la Terminal 4 generalmente no puede ingresar a la puerta de la Terminal 8, que está bajo el control de American Airlines.

La tormenta fue un problema importante, causó que el aeropuerto cerrara por casi un día y obligó a los vuelos a desviarse a otro lugar. Cuando se volvió a abrir, la mayoría de las terminales se vieron obligadas a aceptar muchas más llegadas de las esperadas, tanto los vuelos programados regularmente como los vuelos desviados el día anterior. La mayoría de los terminales no tenían puertas suficientes para acomodarlos de manera oportuna.

"Siempre es muy difícil lidiar con las condiciones invernales y las secuelas de esas condiciones invernales", dijo de Graaff. "Tuvimos desafíos en términos de capacidad. Nunca es fácil cuando tienes líneas aéreas internacionales. Están lanzando algunos de los vuelos 12 o 14 horas antes de llegar aquí ".

Dijo que el operador de la terminal está discutiendo con la Autoridad Portuaria cómo puede mejorar. "Estamos tratando de encontrar formas de gestionarlo mejor y ver si podemos mejorar la forma en que enfrentamos esos desafíos", dijo.

Desafíos reputacionales

A pesar de la tormenta de nieve, la temporada de cuatro años de De Graaff ha sido exitosa. Bajo su liderazgo, la terminal ha estado tratando de diferenciarse como un lugar al que los pasajeros quieren ir.

En 2016,  afirman que fue la primera terminal aeroportuaria del área de Nueva York que se "marcó a sí misma", y recientemente lanzó un sitio web con un mapa de terminales interactivo y horarios de espera de taxis y seguridad actualizados minuto a minuto. La terminal también está construyendo comunidad, y esta semana tiene eventos que coinciden con el Día de San Valentín y el Año Nuevo chino.

También se ha mostrado ligeramente más ágil que otras terminales del aeropuerto, trabajando con Aduanas y Protección de Fronteras de los EE. UU. Para aumentar la eficiencia está probando nuevos procesos biométricos para embarque. Y pronto será el sitio de lo que, según American Express, es el lounge premium Centurion más grande del mundo.

Todo es lo suficientemente bueno, pero de Graaff dijo que el aeropuerto en general todavía tiene algo que hacer en cuanto a su reputación. "JFK en general no tiene el mejor nombre del mundo", dijo. "Se considera que este aeropuerto no es un aeropuerto de clase mundial. Eso se debe en parte a la instalación del aeropuerto.

Tenemos seis terminales en JFK. Es muy difícil proporcionar a los pasajeros una experiencia consistente y creo que eso impacta la forma en que las personas perciben la calidad del aeropuerto ".

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