Así comienza el artículo del colega Marcelo Gallardo, de El País de Montevideo. Prosigue indicando que el objetivo de la licitación se divide en dos partes: por un lado la ejecución de las obras de mantenimiento y reacondicionamiento del edificio construido por Francisco Piria en la primera mitad del siglo pasado.
Por otro, la concesión de la explotación del complejo por un plazo de 30 años a partir de la firma del contrato.
El Ministerio de Turismo advirtió, en el pliego de concesión, que el inmueble está ocupado y que la entrega del mismo se cumplirá una vez se "obtenga su desocupación".
El futuro concesionario deberá abonar al Estado un canon anual no inferior al uno por ciento de la facturación anual del hotel.
El pliego de la concesión obliga al concesionario a llevar adelante reparaciones, reacondicionamientos y puesta en valor del complejo en una categoría equivalente a un hotel de cinco estrellas. La concesión incluye al edificio conocido como "Pabellón de las Rosas", el que deberá ser cedido sin costo en cinco oportunidades para las actividades que decida el Municipio de Piriápolis.
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