La noticia la dio preferente.com: los 117 millones son más que los 110 millones de todo el grupo Lufthansa, incluida Germanwings, Eurowings, Austrian y Swiss; y es más que todas las aerolíneas de IAG, que incluyendo British Airways, Iberia, Aer Lingus y Vueling apenas superan los 100 millones de pasajeros, ocupando el tercer lugar.
Aún un poco más atrás está el grupo franco holandés de Air France y KLM, que pasa ligeramente de los 95 millones de pasajeros. Y más atrás aún, en poco más de 75 millones está Easyjet, la otra gran low cost europea.
Muy lejos de los cinco ‘grandes’ está Turkish (algo más de 60 millones), de la que no sabemos bien si es o no europea; Aeroflot, con poco más de 40 millones y aún más lejos el grupo escandinavo SAS, con unos 30 millones de viajeros, empatado con Norwegian, la low cost noruega. Ninguna otra compañía por detrás llega a los 30 millones.
Este es el saldo de 20 años de low cost en el mercado europeo. Este es el saldo de la introducción de los billetes baratos, de la contratación vía web, de la desaparición de las comisiones, de las unificaciones de flota, de los cielos europeos abiertos. Aunque tiene muchos críticos, este es el resultado de la gestión de Michael O’Leary, guste o no guste.
Estos rankings se pueden ver de otra manera, quizás aún más preocupante para las grandes: quién es el que más crece en relación a 2015. El orden es inequívocamente preocupante para las compañías tradicionales: la que más crece es Wizz Air (casi un 20 por ciento), que lidera el Este de Europa, aunque apenas ronde los 25 millones de viajeros; después viene Ryanair que siendo líder en número, sigue al alza y tercero Norwegian, casi empatada con el grupo IAG. Air France KLM crece menos del 5 por ciento y Lufthansa aún menos. Lógicamente, lo que queda de Air Berlín cierra esta lista, con crecimientos negativos, que es como le llaman los economistas a los retrocesos.
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