Iberia, con su marca Level, dijo estudiar su entrada en otros aeropuertos como París y Roma, lo que tenía todo el sentido ya que es en ambas ciudades donde Vueling opera más vuelos fuera de España, y por tanto tendría el ‘feeder’ ideal para una operación como la que plantea en Barcelona (Level estudia volar también desde Francia e Italia en 2018).

Sin embargo, Iberia-Level tendría un problema, y es que lo idóneo para aprovechar una crisis de estas es entrar en el mercado al día siguiente —Ryanair ha dado muestras fantásticas de dominar este arte—, y eso parece harto complicado para la aerolínea de IAG, con todas las complejidades que conlleva un estreno aún no consumado.

Pero no solo eso, sino que el proyecto de Level tiene un objetivo principal —no único pero sí principal— que es el de echar de España a Norwegian, y más que de España sobre todo que ni se le ocurra acercarse a Madrid, y para eso hará servir su músculo y su capacidad de aguantar pérdidas —el año pasado IAG tuvo más de 2.000 millones de beneficio— con tal de mantener su cuota.

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