Lo que escribimos en el libro Pluna el riesgo de volar alto (editado por Sudamericana en mayo de 2014), en el capítulo 22 sobre FERNANDO LORENZO:

En el segundo gobierno del Frente Amplio, que finaliza el 1 de marzo de 2015, fue designado ministro de Economía el economista Fernando Lorenzo, director de Macroeconomía en el gobierno de Vázquez y uno de los profesionales de primera línea, diríamos el más importante, “del equipo de Astori”, y el que le sigue naturalmente en el escalafón de jerarquías. Con respecto a su tarea específica, la economía, se puede decir que al igual que su mentor y antecesor consiguió con creces su objetivo e hizo, también junto con Astori, que Uruguay fuese uno de los países con mejores índices en la región durante sus gestiones.
Con respecto al tema específico de Pluna, curiosamente (mirándolo desde la supuesta empatía entre ambos) la historia los va a recordar: a Astori, como quien impulsó el cambio más radical, el más ambicioso en la historia de Pluna, favoreciendo su supervivencia, y a Lorenzo como a uno de los tres integrantes del Poder Ejecutivo que propició el cierre definitivo de la aerolínea de bandera junto con el Presidente de la República, José Mujica, y el ministro de Transporte, Enrique Pintado.
Todo lo bueno que hizo Lorenzo con la economía uruguaya lo tiró por la borda al optar por qué lado ponerse en el tema Pluna. Está más que claro que en su primer cargo de real relevancia, con respecto a Pluna, se afilió más a la línea del presidente Mujica que a la de Astori. Tal vez sea esa una de las explicaciones por las que se dice que Astori “le soltó la mano” a Lorenzo cuando Mujica le pidió la renuncia tras el escándalo de Cosmo.
Es evidente que, en el fondo, Fernando Lorenzo estaba convencido, al revés que Astori y que Vázquez, de que Pluna era un agujero negro, un cajón sin fondo y un cáncer y, como declarase luego públicamente, había optado por cortar por lo sano.
Había hecho todo bien, hasta Pluna. Era uno de los cuadros más importantes del Frente Amplio y uno de los candidatos más firmes para cargos ejecutivos sin techo en el futuro inmediato de la política uruguaya. No entendió la verdadera importancia que tenía Pluna como herramienta y fue el soporte técnico de la decisión presidencial de cerrar Pluna, aunque hay quienes cuentan el desenlace al revés, diciendo que partió de él mismo la decisión final.
Tal vez el propio presidente le transmitió su inquina por Campiani: es inexplicable la forma en que Lorenzo le exigió la entrega de las acciones al exdirector ejecutivo de Pluna, protagonista de la historia que estamos contando, pero coincide con una de las facetas que todos le reconocen como debilidad de su personalidad política. Para decirlo gráficamente, sus allegados afirman que “es un gran calentón”. El vuelo profesional de Lorenzo con el caso Pluna tuvo un aterrizaje de emergencia y le va a costar mucho salir del hangar. Fue procesado sin prisión por abuso de funciones por el otorgamiento del aval a Cosmo.

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