Allí está en primera fila, entre Don Eugenio Yunis y Marcelo Risi
En nuestra permanente lucha contra lo molinos de viento del sistema que penalizan a los independientes y coherentes, además de colaborar con la capacitación y/o educación continua de los actores del sector, periódicamente nos jugamos a la realización de eventos en los que predominan las charlas magistrales, las disertaciones de nivel y en un medio acotado como el nuestro, cuesta bastante pero siempre se encuentra a esos seres como Claudio que -desinteresadamente- nos regalan su tiempo y su conocimiento, para enriquecernos.
En 2010 organizamos en Piriápolis la segunda edición de OBJETIVO TURISMO y además de publicar sin cargo en Búsqueda varios avisos promoviendo el evento, entre un panel de excelencia de disertantes, estuvo Claudio Paolillo en el cenit de su carrera. Y contó como prólogo de su brillante charla, el motivo que lo había llevado a aceptar la invitación y no era otro que su recuerdo de aquellos días difíciles -posteriormente nos dimos cuenta que fueron gloriosos- compartidos en el diario El Día.
En 2014, cuando estaba pronta la aparición de nuestro libro, el que pisa tantos callos y tanta contracorriente ha sorteado, Pluna, el riesgo de volar alto le pedimos nos ayudase en la difusión del lanzamiento y desde el primer momento nos dijo que contábamos con ello. La presentación se realizó en el Radisson Montevideo el lunes 19 de mayo y habíamos coordinado acciones promocionales para el jueves anterior (la nota de Búsqueda); el viernes, en un segmento de entrevistas de gran notoriedad en ese momento, en un canal de aire montevideano y el sábado, en un exitoso suplemento de un matutino de gran tiraje de la capital. Por diferentes motivos (llamémosle motivos), la única acción que quedó en pie fue la de Búsqueda, a pesar que en ese momento Claudio se encontraba en el exterior (Panamá).
Guardamos para el final, lo que creemos que es más importante y es la gran pérdida que representa la partida de este gran periodista, de este gran ser humano.
Hoy, con la miseria envolvente de las redes sociales, en el periodismo nacional son cada vez menos los colegas que pueden -y quieren- ser independientes y coherentes. En los medios masivos en la presente coyuntura, es muy difícil hacer abstracción de la opinión individual versus contenido general. La cada vez más precaria recaudación proveniente del auspicio publicitario y de la venta de ejemplares, torna muchas veces incomprensibles determinados contenidos que solo pueden explicarse por la vía de las necesidades comerciales. Al menos a nuestro criterio, no era ese el caso de Paolillo.
Queda ese gran vacío que provoca la muerte de los grandes de verdad.
Por la distancia, será imposible que podamos estar para despedirlo personalmente, por ello, desde este lado del gran charco, el más sentido pésame a su familia y allegados.
Q.E.P.D.
Sergio Antonio Herrera, desde Madrid
Portal de América