Lo que pudimos saber es que en el correr de la jornada Vidigh tuvo una reunión con las más altas jerarquías del Ministerio de Turismo de la cual habría surgido la confirmación de la cobertura del cumplimiento de todos los servicios contratados o de la devolución del dinero, eso a criterio de cada uno de los afectados.
Por otra parte, se habrían sentado las bases de un acuerdo entre Volare y una de las más importantes empresas del ramo por el que se llegaría a la emisión de todos los pasajes aéreos pendientes.
Más allá de como culmine la historia que nos ocupa, con el transcurrir de las horas y de los días, estamos en condiciones de adelantar que en vez de agravarse el problema como indicaban todos los pronósticos al tomar estado público la noticia, la situación se ha ido descomprimiendo y existe una muy fundada esperanza de solución final.
Y más allá también del final que se dé y de todas las consideraciones en contrario que se puedan hacer, seguimos rescatando lo que dijimos en el primer artículo de esta serie: la diferencia entre un estafador premeditado y alguien que hizo malos negocios, es el dar la cara.
No quisiéramos estar en los zapatos de los pasajeros y de los proveedores afectados, pero tampoco en los de Vidigh.
Hacemos reales votos porque todo esto que informamos se confirme plenamente, por el bien de todos.
Nota: Independientemente del avance que consignamos en el presente artículo, es muy probable que se decrete la clausura preventiva de Volare.
Portal de América