Nadie de la actividad privada hasta el momento, entre quienes hemos hablado sobre el tema, nos ha dicho que cree en los datos estadísticos del Ministerio de Turismo y no son pocos quienes los comentan ríendose y agregando  reflexiones plenas de ironía o directamente descalificatorias.

Es que nadie en su sano juicio puede dar crédito a esas cifras surgidas porque sí, de la noche a la mañana hace ya bastante tiempo.

No es posible que un país como el nuestro haya visto multiplicar por seis la cifra de turistas en un período de poco más de una década cuando por ejemplo, el principal mercado emisor durante todo ese período estuvo inhibido por medidas gubernamentales directamente discriminatorias hacia el destino Uruguay.

Cabe recordar que durante el año que se termina, durante los meses de baja temporada estuvieron cerrados en Punta del Este medio centenar de hoteles y muchos comercios, incluida alguna gran superficie de las tradicionales.

En vez de contar turistas, ¿por qué no hacer autocrítica?

Salvo en los principales, como por ejemplo en Montevideo y en Punta del Este, en varios de los más comocidos destinos turísticos del país sigue sin haber estaciones de servicio; destacamento de bomberos; comisaría; policlínica y cajero automático y ello ocurre también desde hace muchos años, por supuesto desde antes que el FA llegara al gobierno.

Continuamos sin políticas de Estado respecto al turismo.

Hay una gran confusión respecto a los precios. Un comercio que hace el esfuerzo de abrir durante todo el año en Punta del Este, período en el cual nadie se acuerda de ellos y no sabemos de nadie que vaya a preguntarles como es que hacen para soportar los costos con tan poco movimiento, es colocado en la picota por cobrar un café a cien pesos o una pizza grande a poco más de ochocientos pero no vemos que a nadie le preocupe por ejemplo a nivel oficial, lo que cuestan los pasajes para llegar a Uruguay en alta temporada.

No estamos diciendo que hay que intervenir a los transportistas que suben los precios en verano, nada de eso. Si hay quienes pagan esas tarifas no vemos adónde está el problema pero obviamemte nos preocupamos por la distinta vara con la que se miden similares acciones. Del mismo modo que los pasajes fluviales o aéreos son pasibles del revenue management, también lo son las pizzas y los cafés en plena Gorlero y está claro que hay quienes pagan esos precios.

Una vez más lo decimos, el problema no son los precios, lo grave es no saber que Punta del este queremos, si la exclusiva o la masiva.

Está muy arraigado el convencimiento entre los puntaesteños que indica que "el que quiera Punta del Este en alta temporada que lo pague".

Tampoco tenemos nada en contrario respecto a ese pensamiento pero sí en cambio con el anuncio del Jefe de Gobierno departamental Enrique Antía que está pensando en nuevas estrategias para fomentar la construcción porque le preocupa la desocupación.

Si queremos cobrar precios altos porque Punta del Este es de alto nivel y es exclusiva, no podemos alentar la masificación, la sobredosis de hormigón.

Como en el cuento del gallego..."hay que organizarse".

Y dejar de lado la fantasía resultadista pero, para ponerse serios hay que serlo.

Portal de América