Es de esperar que se contemplen las condicionantes solicitadas por la empresa al gobierno uruguayo, las cuales no tienen nada de extraordinario pero evidentemente marcarían diferencias con lo actuado hasta el momento en similares procesos.  Hablamos del tiempo de duración del proceso de certificación de la empresa y sus aeronaves.

Seguramente habrá varias bibliotecas y no descartamos -de prosperar la actitud que reclamamos del gobierno- expresiones de malestar por los directamente afectados con esos eventuales cambios de reglas de juego. Creemos que es el precio que hay que pagar para caminar hacia soluciones definitivas en un tema lamentablemente muy mal manejado que ha dejado al Uruguay muy mal parado en materia aeronáutica. Hay que aprender de los errores y cuando las cosas no funcionan, puede ser saludable cambiar.

Azul quiere comenzar a operar no mucho más allá de marzo o abril y a las rutas a varios destinos brasileños; Buenos Aires y Asunción  anunciadas en primera instancia por nosotros, no sería de extrañar que se le pueda agregar alguna otra pero hay una de las existentes a las que se le prestará fundamental esmero: el puente aéreo entre Carrasco y Aeroparque.

Desde un primer momento dijimos que Azul es lo mejor que le podía pasar a Uruguay desde el cierre de Pluna y con el paso del tiempo, nos animamos a decir que puede llegar a ser el punto de quiebre entre dos épocas.

En primer lugar la anterior, que se caracterizó por una nefasta participación estatal que por sí sola dio pie a que se ventilase todo, lo poco bueno y lo mucho malo y que ello incidiera notablemente en la instalación de un relato que también con el tiempo se va confirmando que fue erróneo. Hasta la aparición de LeadGate, a nadie le importaba mucho Pluna a pesar que los agujeros económicos habían sido mucho más importantes, pero del 2007 para adelante, época en la que se desarrolló la mejor Pluna de la historia, el mal manejo de los comandados por Campiani en el aspecto financiero (reiteramos que a nuestro entender se cometieron errores, no delitos), aunque cueste creerlo tuvo mucho menos incidencia en el desastre final que los resultados de las pujas mamquiavélicas en las que se mezclaron intereses políticos, económicos y devolución de favores entre el gobierno de Mujica y notorios empresarios. Como resultado de la mencionada herejía, nació guacha y debilucha Alas Uruguay y ya sabemos como terminó.

Lo que puede venir si es que Azul se hace cargo de rutas y frecuencias abandonadas por las dos predecesoras uruguayas, tiene toda la apariencia de ser lo ideal y para explicarnos, vamos a nuestro análisis.

No se ha anunciado públicamente pero alguien deberá hacerlo: Alas Uruguay dejó de existir. Habrá que conocer mucho de la pésima gestión llevada a cabo y como se utilizaron fondos públicos para otorgarle la línea de crédito inicial, habrá que conocer balances, saber en que se fueron los 15 millones del FONDES en tan poco tiempo, los que nadie va a devolver y también habrá que conocer detalles de la gestión y explicaciones varias.

Por lo tanto, para evitar malos entendidos, Azul no deberá comprar nada, ni pagar la deuda del Fondes ni a los acreedores de Alas Uruguay, simplemente deberá hacerse cargo de convertir en operativas las rutas y frecuencias ExPluna y exAlas Uruguay (a pesar que solo operó dos). Para ello necesitará un AOC, Certificado de Operador Aeronáutico otorgado por la Autoridad uruguaya, la DINACIA y paralelamente deberá certificar aeronaves con bandera uruguaya.

En definitiva, el cometido será darle conectividad al país en primera instancia con la región inmediata y una vez obtenido ese fin, quedará abierto el camino para llegar adonde quiera la propia compañía.

Seguramente, influirá y mucho en la ecomomía nacional por el sólo hecho de operar, porque moverá todo lo que funciona alrededor de una empresa de su tipo, al igual que lo hacía Pluna en el último lustro de su existencia y eso, es lo importante.

Pero curiosamente (Y AFORTUNADAMENTE) no deberá rendirle cuentas a nadie más que a sus propios accionistas, no tendrá ninguna vinculación y mucho menos dependencia del Estado uruguayo y si Antonoaldo Neves o el propio "Señor Azul" David Neeleman, no son simpáticos, hasta podrán ser "escurridizos como una anguila" o "pasarse de las vacas o de los perros o los gatos a los aviones" y a nadie deberá importarle o al menos, no les podrán criticar por ello, simplemente deberán evaluar si la empresa da un buen servicio o no, pero a la hora de comprarles un boleto, nada más.

Y por último, algo muy importante, si definitivamente Azul desembarca por completo en Uruguay, tendrá personal uruguayo, en la tierra y en el aire. Y esta confirmación, más allá que se vaya a producir dentro de pocos meses, podría convertirse antes del próximo fin de semana en un gran regalo de Navidad para muchos compatriotas. Cabe recordar que la forma más simple de acelerar la habilitación para que Azul comience a operar con bandera uruguaya a la brevedad, sin "comerse" demoras como las de Alas Uruguay o de la propia Amaszonas, es que le sea transferido el AOC de Alas Uruguay y para ello, hay plazo hasta el día 25.

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