Nadie quiere una cárcel cerca
Miércoles, 04 Agosto 2010 02:17

Hay un gran revuelo ante el proyecto de convertir a la Cárcel de Las Rosas en Regional y el argumento mayor es la estrecha distancia que separa al establecimiento, del centro de Punta del Este.
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Toda vez que se anuncia algo parecido, las fuerzas vivas del lugar "saltan" con toda la fuerza que tienen y en cierto modo, es hasta comprensible, máxime, tratándose de un destino turístico.

Siempre, en el diálogo anónimo, ese que sostiene cualquier uruguayo en su casa con su familia, en la oficina con sus compañeros o en el boliche con otros parroquianos, invariablemente se escucha: "es todo joda, si quisieran terminar con la delincuencia lo harían, si acá somos pocos y nos conocemos todos" y enseguida: "¿me vas a decir que no saben quienes son los que traen merca y los contrabandistas y los copadores y toda esa majuga?".

Y...que somos pocos, es verdad; que nos conocemos todos...también.

De vez en cuando insistimos con lo mismo: de la misma forma que en el gobierno del Doctor Vázquez se logró un territorio libre de humo de tabaco, debemos intentar lo mismo, respecto a la delincuencia. ¿Qué no se puede?.

Hace algunos años escribimos y publicamos La Isla, un cuento de Esperanza-Ficción y desde allí, puedo asegurar que si, que se puede, el asunto es que se quiera poder.

Una vez más los invitamos a soñar y para que lo hagan, les contamos el final: " Al no existir delincuencia en todo el territorio, las empresas de seguridad; las cerrajerías y vidrierías de automotores; las herrerías y toda la industria que anteriormente se había montado para paliar los efectos de la violencia delictiva, entró en crisis y se fue consumando su franca desaparición del mercado nacional.

Para ellos también hubo solución: el efecto conseguido por el turismo receptivo uruguayo, asegurando al mercado internacional, con garantía firmada, territorio 100% libre de delincuencia, hizo que nuestro país se “inundara” de visitantes y los centros turísticos y las empresas afectadas al sector, no lograran cubrir las necesidades en materia de personal para atender la demanda de servicios y de esa manera, fueran absorbiendo los recursos humanos, convenientemente “reconvertidos” según estrategia del Ministerio de Trabajo efectivizada oportunamente.

El Poder Judicial, abruptamente, sin transición, pasó a un ritmo absolutamente distendido en la actividad cotidiana, producto de la inexistencia de delitos.

El insigne antecedente establecido por el alcalde neoyorquino Giuliani con la aplicación del régimen Tolerancia Cero, quedó absolutamente relegado por el nuevo ejemplo mundial en que se ha convertido el método uruguayo: -territorio 100% libre de delincuencia-".

SAH - Portal de América

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