por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay - @DelPDA
Hace pocas horas publicamos Casa Cipriani San Rafael: "¿Por qué tanto ensañamiento con Punta del Este? y en ese artículo incluimos dos visiones dos opiniones contundentes. El "Muchacho que sabe" diciendo que quienes defienden a capa y espada la Punta del Este del glamour, la exclusiva (están juntando firmas en change.org), perdieron la batalla hace mucho tiempo y a la vez advirtiendo que apenas se junta un poco de gente en la península, la misma colapsa por el tránsito.
Mientras tanto que el prestigioso desarrollador territorial Miguel Pato, sostuvo que quienes alientan la obra para darle empleo a la gente y presentan un proyecto faraónico para obtener un casino privado, lo hacen como "argumento de pueblo miserable".
Viñoly marca una ruta
Antes del Conrad, Punta del Este era una y cuando estuvo listo el ahora Enjoy, nuestro principal balneario fue otro, de eso no hay dos opiniones. Luego de la creación de ese complejo nada lo ha empardado y mucho menos superado en cuanto al impacto en la economía del lugar y a su propia cotidianidad. Ni aún el Centro de Convenciones.
La apuesta de Cipriani, con la obra de Viñoly, le estaría "tirando el chico muy lejos" al Conrad original y estaría descentralizando la atención, o mejor expresado, generando un nuevo foco en el lado opuesto hasta por el nombre de las playas, el Enjoy en La Mansa y el Cipriani en La Brava.
Contaminaría mucho menos que la supuesta nueva planta de UPM, no tendríamos que trazar una incómoda, molesta y carísima vía ferroviaria y lo más importante: emplearía tres o cuatro veces más gente de modo permanente y nadie podría decir que va a contaminar el océano Atlántico ni el Río de la Plata.
Entonces, ¿qué tendríamos que hacer los demás?
No tenemos dudas, ni más ni menos que lo que venimos reclamando hace mucho tiempo: DEFINIR "QUÉ PUNTA DEL ESTE QUEREMOS".
Sabiendo eso, además de la obra del barrio de San rafael deberíamos poner manos a la obra, conseguir financiación y ahí sí generar empleo y mucho, "dar vuelta el lugar". Ir a los "bolsones" que alguna vez sugirió Damián Argul y planificar el desarrollo territorial del área con inteligencia, con información, con actualización y eso, se lograría con un congreso de notables.
¿Cuántos Viñolys u Otts uruguayos andan por el mundo de modo permanente?
No necesariamente deberán ser arquitectos los invitados al congreso, es mejor que sean de variadas profesiones. Afortunadamente tenemos compatriotas notables que viajan de continuo o que están radicados en el primer mundo y a ellos, los deberíamos juntar con varios notables uruguayos que viven aquí y que todos juntos, hagan una tormenta de ideas y le regalen al país la definición de un producto que sería -sin dudas- la verdadera locomotora de nuestra economía.
Dejémonos de improvisar, no cobrenos más "al grito". No todos sabemos de todo, es más, habemos muchos que sabemos muy poco pero hablamos, escribimos y hasta gritamos demasiado.
Portal de América