por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay

Allá por 2007, durante el ministerio del Doctor Héctor Lescano, toda vez que el por entonces asesor Benjamín Liberoff, hacía uso de la palabra en eventos de la industria, recitaba como verdad revelada que el turismo producía mil millones de dólares. Para llegar a aquella mentira oficial, sumaba unos redondeados 600 millones de dólares que generaba en divisas el receptivo, con unos hipotéticos, y traídos de los pelos supuestos 400 millones de dólares que él decía que generaba el turismo interno. Por ese entonces vivíamos en Montevideo pero veníamos los fines de semana a Salinas y según las encuestas, ese gasto que nosotros producíamos en peaje, nafta, en el supermercado de la Avenida Julieta y en alguna comida en Atlántida, se integraba a esa cifra-bolazo.
Nosotros desmentíamos una y otra vez los mil millones y sosteníamos que para lograrlos, Liberoff sumaba peras más zapallos.
Impensadamente, quien nos dio la razón fue el mismísimo presidente Tabaré Vázquez cuando en aquella presentación realizada en la Plaza Independencia un primero de marzo, frente al Palacio Salvo, con todos los ministros sentados detrás suyo, dijo oficialmente, que el turismo había generado ese año poco más de 500 millones (si no recordamos mal 527).
Ahora, toda vez que tienen un micrófono delante tanto la número uno como el número dos -aunque en la practica el orden es inverso-, recitan las cifras que establecen que el turismo genera más divisas que la exportación de carne y ya no les alcanza decir que Uruguay tiene un turista por cada habitante, ahora dicen que llegan más de 4 millones de turistas a nuestro país..
Además de temerarias, son cifras incomprobables, basadas en encuestas que nadie controla desde el rigor científico.
Del mismo modo que son estrechos colaboradores, asociados y/o correligionarios de la exageración con la cúpula de la OMT, Organización Mundial del Turismo, donde para llegar a las estrambóticas cifras estadísticas que difunden universalmente, suman más que peras con zapallos, ya que lo que hacen es sumar los totales que les manda cada organismo nacional de turismo por ejemplo, de Europa, y entonces aquellos mortales (la inmensa mayoría) que cuando llega al Viejo Continente visita 3, 4, 5 países o más, en la cuenta final para estos genios no son uno, sino 3,4, 5 o la cantidad de países que haya visitado.
En el caso de Uruguay, además de que nosotros ni a la salida ni a la llegada de nuestras experiencias viajeras, nunca vimos a un encuestador (algo viajamos) y tampoco, en más de medio siglo de profesión jamás fuimos encuestados.
Cuando alguien que quiera corroborar las cifras oficiales, eleva la consulta a la Dirección de Migraciones, desde esa oficina que se supone deberían tener un estricto control de las cifras de pasajeros entrados y salidos, responden que no pueden precisar por ejemplo cuántas veces entra y sale del país la misma persona durante el mismo mes. O sea, el clásico empresario argentino que se queda con su familia una larga temporada en el Este y viaja a Capital federal los lunes o martes y regresa los jueves o viernes. Ese señor, como ya deben haber deducido, para los números oficiales de Uruguay puede llegar a ser 4 o 5, no uno. Tampoco Migraciones tiene forma de discernir, de separar para el conteo final, a aquellos argentinos que entran por ejemplo en su auto por el puente San Martín, salen por el Chuy a Brasil. regresan por la misma vía del país norteño y vuelven a su país por Fray Bentos o Colonia. Al menos, ese caso da dos turistas, uno entrando de Argentina y otro desde Brasil aunque tenga el mismo documento.
Pero lo importante, lo realmente valioso no es la cantidad de gente que llega a un país a la hora de medir la incidencia del turismo en la economía. Lo que vale es el gasto per cápita y lo que importa sobremanera es la rentabilidad.
En los últimos años -éste no debería ser la excepción- el gasto se ha reducido -y mucho- y la rentabilidad ha caído en porcentajes alarmantes.
Entonces...¿de qué sirve pavonearse ante las cámaras recitando números incomprobables?.
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