por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
El prolongado período que llevó la certificación de Alas Uruguay (16 meses) era uno de los argumentos que se utilizaban una y otra vez en los corrillos, a la hora de hablar de los porqués, no comenzaba Azul Uruguay.
Durante todo el año 2017, ni una sola vez, ni Azul ni la DINACIA emitieron un solo comunicado informando.
Desde el PDA, infructuosamente procuramos conseguir información oficial sin lograrlo.
Sin embargo, en el PDA hubo información siempre, nunca desmentida.
Hasta que el 13 de diciembre pasado, publicamos Azul Uruguay: por enquanto não, ¿viu? donde se leía: "Lamentablemente hoy debemos decir que el proyecto recibió un golpe casi de nocaut y fue puesto en el freezer, quedando sin efecto la última posibilidad que anunciásemos, indicando que comenzaría a operar el próximo mes de marzo de 2018. Ello no va a acontecer y a estas alturas, dudamos sinceramente que alguna vez suceda."
Estamos en condiciones de informar que recientemente hubo una comunicación de los pilotos uruguayos agremiados en ACIPLA, solicitando a la empresa les informase de primera mano el estado del proceso de certificación ya que lo último que conocían era que había ingresado en la fase 1.
Con fecha 13 de diciembre, con la firma de Marcel Bento Ribeiro. Director de Azul Linhas Aéreas Brasileiras, llegó una carta dirigida al presidente de ACIPLA, Capitán Oscar Fernández en la que se destaca la decisión de posponer temporalmente el proyecto Azul Uruguay.
Dentro de la extensa y pormenorizada misiva, Bento Ribeiro escribió: "Agradecemos la acogida que recibimos de los diferentes niveles de asociaciones civiles, empresas y especialmente del Gobierno Uruguayo (escrito así, con mayúsculas). Las interacciones con todos los envueltos en poner una empresa aérea a volar fueron muy buenas, dejando una inolvidable impresión de profesionalismo, educación y espíritu público de las personas de este país".
Como podemos ver entonces, oficialmente Azul carga para sí misma la responsabilidad de la discontinuación del proceso de instalación en Uruguay y no insinúa siquiera, que la causa haya sido aunque fuera en parte, la excesiva burocracia de la DINACIA como había trascendido y de lo cual tenemos pruebas fehacientes.
Por lo tanto, sin que nadie nos lo solicite, apelando al profesionalismo que nos caracteriza y al cuidado de la credibilidad con la que nos distinguen nuestros seguidores, creemos que corresponde que el Portal de América en este artículo, declare formalmente que retira todas sus apreciaciones publicadas anteriormente que involucraban a la DINACIA y su excesiva demora en el trámite de certificación de Azul Uruguay. Que conste.
Del mismo modo una vez más, reclamamos que la industria de la aviación comercial, fundamentalmente en Uruguay, tanto en los sectores estatales como en el privado, se adapte a los tiempos que vivimos en los que la comunicación puntual y certera deben primar.
Las empresas privadas en todo caso, se remiten a las causas que puedan ocasionarles el acierto o el error de sus acciones y pueden optar entre informar abiertamente o mantener en reserva la marcha de su gestión. Es su derecho.
Muy diferente es el caso de los organismos estatales y el de sus funiconarios, o sea, nuestros funcionarios, sean civiles o militares.
No puede transcurrir el tiempo sin que nadie en este país pueda saber OFICIALMENTE lo que ocurre en el relacionamiento de las diferentes aerolíneas con la DINACIA.
Si hablamos de un estado democrático como pretendemos que sea el que vivimos, alguien debería exigirle a los funcionarios públicos que cumplan con uno de los cometidos fundamentales de su gestión, que rindan cuenta a sus empleadores, a todos los uruguayos.
Acceda a la carta enviada por Azul al presidente de ACIPLA,
Portal de América