por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay - @DelPDA

Quienes estamos por dentro del ámbito de los viajes y el turismo no nos asombramos a esta altura ante casi nada y mucho menos ante la interpretación antojadiza que cada uno hace de lo que escribimos.

Afortunadamente contamos con un archivo de miles de artículos que respaldan nuestro estilo periodístico, más allá que el mismo sea o no del agrado de todos, lo cual ya sabemos, es imposible.

Invito a quienes leyeron El caso Volare: ¿cuándo aprenderemos?  a que me expliquen si el mismo es un artículo en defensa del señor Vidigh, como alguien está dejando trascender.

No me extraña en absoluto esa interpretación pues ha quedado en muchos la idea que mi libro Pluna, el riesgo de volar alto yo lo habría escrito para defender a Campiani.

No me hago cargo de lo que les convenga interpetar a algunos, en este caso, en el de Pluna y en tantos otros que hemos abordado.

El caso Volare es apenas el detonante de una situación que algún día iba a explotar y explotó.

Sé de que se trata, por algo he insistido en reiteradas ocasiones que tengo el Know How del error.

Tengo muy claro que como tengo seguidores que hasta me han expresado su admiración en reiteradas ocasiones y en cantidades que pueden llegar a conmover mi autoestima para bien, también hay de los otros y la buena noticia para quienes me quieren bien, es que nunca me creí la positiva ni la negativa. Tengo claro hacia dónde voy y lo que pretendo con mi forma de trabajar en el periodismo.

Pero en Uruguay existe un ámbito acerca del cual seguramente algún día me pondré a escribir un libro y es el de las agencias de viajes.

Por un lado, es de las pocas actividades a las que se le exige un aval para funcionar y la que está enfrentando un cambio de reglas de juego a nivel macro muy impactante.

Pero también es un rubro que presenta una oferta desmesurada para la demanda del actual contexto.

Es un ámbito en el que predomina el "silenzio stampa" y en este caso puntual, en general todos "eran" amigos de Vidigh y da la casualidad que todos lo recuerdan. Pero además de los pasajeros afectados hay varios también entre los colegas que le habrían emitido pasajes y órdenes de servicios los cuales tampoco habrían sido cubiertos.

Hay una situación muy confusa con el tema de la garantía ante el Mintur, que puede traer cola.

Por otra parte, nos quedamos con la satisfacción y el orgullo que cuando las "papas queman", los que quieren saber lo que pasa, ya sabemos lo que leen.

Por lo que veo, este espacio habré de seguirlo usando muy frecuentemente en paralelo a la línea informativa y editorial. Por una muy simple razón: somos una rara avis en el periodismo y no todos lo entienden y por ello, a veces nos enteramos de ciertas ondas negativas que como bien nacidos, salimos a enfrentarlas.

Podré equivocarme como el mejor, pero jamás me esconderé.

Nos vemos.

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