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por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay - @DelPDA
El 20 de mayo pasado, la agencia EFE informaba desde Pekín: "En declaraciones a los periodistas al término de su visita a China, Santos instó a los países suramericanos a "estimular y promover el turismo en el mercado chino como región" y a facilitar la llegada de viajeros del gigante asiático. "Estamos trabajando en el frente del Mercosur para que funcione para los chinos como una especie de espacio Schengen", dijo el titular de Turismo argentino, una propuesta que trasladó hoy a su homólogo chino, Li Jinzao, en la reunión que mantuvieron tras la cumbre de turismo del G20 que se celebró en Pekín."
Desde hace muchos años, nosotros y todo aquel integrante del sector que se precie de tener al menos dos dedos de frente quiere que el Mercosur en materia turística (al menos) funcione como el europeo Espacio de Schengen pero a nuestro entender, eso es aún más lejano que una utopía, lo que ya es decir...¿verdad?.
Luis Rizzi en su columna del 3 de julio pasado, analizando el Brexit y de cara a la eventual factibilidad de instalar en Latam un Espacio Schengen, luego de señalar que el Mercosur es un "Proceso que en mi opinión es un fracaso absoluto que ni siquiera ha logrado simplificar los procedimientos migratorios para viajar de un país miembro a otro, pues sigue siendo necesario realizar los trámites respectivos de migración y aduana en cada país", agregaba: "Quizás Uruguay por su pequeño territorio podría adherir mayoritariamente a un proceso de integración, y probablemente Perú y Colombia seguirían el mismo camino. La Argentina y Brasil creo que se opondrían. Brasil por su vocación imperial que hoy parecería que se está derrumbando luego de conocerse y juzgarse con todo rigor el fraude sobre el que se habría relatado el presunto milagro brasileño que escondió un incalculable perjuicio del estado, lo que es decir de toda la sociedad o población. La Argentina por su bajo nivel cultural que la aleja de lo que Ortega llamó “la altura del tiempo”. Nosotros vivimos aún en una suerte de masoquismo tratando de salir de un largo proceso de fracaso, recurriendo como dice el Dr. Cormillot a una suerte de “empecinamiento terapéutico” que nos ha familiarizado de tal modo con la pobreza y la indigencia hasta convertirla en un hecho normal y natural, como lo fue la esclavitud para los antiguos griegos".
Concordando y mucho con Rizzi, igualmente nos atrevemos a decir que aún si Brasil o Argentina se opusieran no sería de hecho imposible, la implantación de un Schengen mercosuriano o quizás, hasta sudamericano y como ejemplo basta decir que en el mencionado espacio europeo esa excepción la constituye el Reino Unido, donde al ingresar el turista que viene de pasar varias fronteras "como si nada", se topa con un control migratorio y aduanero estricto.
Siempre hablando de turismo, creemos que el "Talón de Aquiles" de una iniciativa como éstas está en que depende de la buena o mala gestión o de que les interese o no a los funcionarios de alto rango de las administraciones del sector de cada país, traducido, jerarquías ministeriales de turismo de cada país.
Generalmente y salvo excepciones (por ejemplo Argentina y Uruguay) quienes ocupan esos cargos son políticos que de turismo conocen solamente una parte del negocio, la de usuario y además, están sujetos a interrupciones en sus gestiones en períodos mucho más breves que los que se necesitan para instalar políticas de largo plazo. Pero pertenecer al sector o al menos contar con experiencia en el mismo, no es una vacuna que exima del pecado de caer en la tentación de rendirse a ser emisores de propaganda facilonga o simples generadores de viáticos por viajes a puntos del mapa lo más lejanos posibles.
Que Santos proponga que el Mercosur turístico dedique sus esfuerzos al mercado emisor chino o que Kechichian piense de verdad y diga en serio que hay que ir a buscar clientes a Australia, Nueva Zelanda, India, Japón y Corea del Sur, son proyectos de estrategias al menos inútiles, además de utópicas.
¿Que el Mercosur o mejor aún Sudamérica precisaría un Espacio Schengen para promover el bloque en mercados emisores potentes y posibles como por ejemplo Norteamérica y Europa?
La respuesta es un sí rotundo. Obviamente que sería fabuloso contar con esa herramienta inestimable.
Pero modestamente sugerimos que para trabajar en pro de ello, el primer paso sería acudir a un mix conformado por la academia y las huestes empíricas del sector en la región, en directa relación con los gestores del Schengen para dar el primer paso, el de generar un espacio que permita la promoción y comercialización del bloque posterior.
Nos vemos.
Portal de América