El día que colapsaron las comunicaciones aéreas
Martes, 22 Marzo 2011 16:52

Lo que se quebró el lunes 21 de marzo fue el servicio de comunicaciones entre el centro de control del área metropolitana y las torres de Ezeiza y Aeroparque, como consecuencia se suspendieron las operaciones por un lapso de 10 horas aproximadamente.

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por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires

En un primer momento se hablaba de un cierre de esos aeropuertos por 48 horas y esa fue la información que manejaban algunas líneas aéreas.

En honor a la verdad debo decir que averiguaciones que hice personalmente a la ANAC y al ORSNA hablaban de una reanudación de los servicios a partir de las 20/21 horas como realmente ocurrió.

Lo cierto es que la información era confusa o poco clara por tanto uno no sabe si la reanudación de las comunicaciones y de la actividad aeroportuaria a partir de las 21.00 horas fue obra de la casualidad o realmente consecuencia del trabajo de los técnicos.

El transporte aéreo es una actividad cara y las autoridades deben velar para facilitar las operaciones de las líneas aéreas, la mejor forma de hacer esa tarea es con información fidedigna y confiable.

Desde las 13.00 horas hasta las 2100 había vuelos que se dirigían a Ezeiza y la falta de información impedía planificar las alternativas o tomar las decisiones más racionales.

Algunos optaron por no tomar ninguna decisión y confiaron que el sistema de comunicaciones se restablecería rápidamente como en cierto modo ocurrió.

Creo que si esto ocurrió es porqué era algo que podía ocurrir en algún momento, llama la atención la inexistencia de servicios alternativos o de emergencia, a tal punto que hasta la Presidente de la República tuvo que suspender un viaje previsto.

Este hecho que creo tiene algún precedente se produce en una coyuntura en la que el transporte aéreo argentino transcurre uno de los momentos más grises de la historia de la actividad, no solo por la situación híbrida de Aarolíneas Argentinas, sino por el costo que le significa al Estado su mantenimiento, la indefinición de la ANAC en cuestiones de política aérea como la de no llamar a audiencia pública, o su vocación por “desfaciltar la facilitación” de diversos trámites aeronáuticos sin dejar de lado la inspección de la FAA (FEDERAL AVIATION ADMINISTRATION) de los EE.UU. que podría significar la perdida de la Categoría 1 del sistema de seguridad aeroportuaria.

Otro  hecho que se puso al descubierto por el colapso fue la desorientación que imperó en los aeropuertos afectados en los que las líneas aéreas derivaban las quejas a AEROPUERTOS ARGENTINA 2000, estos a las líneas aéreas y nadie se atrevía a hablar de la ANAC que fue la responsable de lo ocurrido y quien deberá asumir las consecuencias de los perjuicios sufridos por las líneas aéreas y los usuarios afectados.

Tampoco la ANAC tuvo reflejos para informar lo que es a su vez claro reflejo de la evidente falta de conducción de la institución como ya se puso de manifiesto en otros hechos como fue durante noviembre cuando se cerró Aeroparque y se produjo el conocido descontrol en Ezeiza, durante los primeros días del traslado temporario de la operación de cabotaje.

En este momento la ANAC debería establecer un procedimiento ágil para que los afectados por el colapso operacional de Ezeiza y Aeroparque puedan presentar sus reclamos para obtener las indemnizaciones pertinentes.

También queda pendiente la información sobre lo ocurrido.

La cosa no es sencilla porque pondrá de manifiesto alguna forma de imprevisión

Veamos, no funcionaron sistemas alternativos de emergencia. ¿Estaban previstos? ¿Existían? No se sabe.

Si se trató de sabotaje, como se comentó, quiere decir que faltó previsión en la vigilancia de sectores muy sensibles para el tráfico aéreo y quizás podría haber ocurrido una tragedia. El saboteador busca la tragedia, es su negocio.

Falló la “security” Sería muy grave. Ello seria suficiente para perder la Categoría 1.

En fin lo grave es que cuando ocurren hechos de este tipo el hombre común se siente como sumergido en un mar de imprevisiones, carencia de la mínima idoneidad y sobre todo y lo más grave inexistencia total de vocación de servicio.

Espero que las justificaciones no suplanten a la necesaria información.

 

Portal de América

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