Aerolíneas Argentinas: ¿agujero negro o inversión estratégica?
Domingo, 21 Noviembre 2010 17:09

Aerolíneas Argentinas: ¿agujero negro o inversión estratégica?

Es difícil trazar esa línea divisoria pero desde ya anticipo que hoy dia como están las cosas, se trata de otro de los tantos agujeros negros de la administración.

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por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires

Una definición común, de esas que se pueden encontrar en internet, nos dice que el agujero negro es algo con una gravedad tan fuerte que todo lo atrae.

En economía llamamos “Agujero negro” cuando estamos en presencia de un gasto fatal, es decir un gasto sin sentido, que no reporta beneficio alguno para el bien común.

La inversión supone una apuesta racional para lograr objetivos, que se podrán o no alcanzar y de ello dependerá obtener ganancias o soportar pérdidas.

“Elemental Rizzi…” nos diría Sherlock Holmes…

En la época que Ricardo Jaime era Secretario de Transporte, por lo menos se sabía cuanto se aportaba a AEROLÍNEAS ARGENTINAS, ya que cada transferencia de dinero se documentaba, como lo exige el Derecho Administrativo, en sendas resoluciones que explicaban además el destino especifico de ese dinero y la imposibilidad de la empresa de generar recursos para soportar sus gastos. Era muy fácil hacer la cuenta. De hecho en notas de la época hemos hecho referencia a esas resoluciones para determinar los aportes que hacia el Estado.

Luego de su renuncia resultó mas difícil saber cuanto dinero se lleva AEROLÍNEAS ARGENTINAS, pero según informaciones confiables, durante 2009 el Estado habría aportado u$s 600 millones (u$s 1,6 millones por dia).

Durante este año 2010 los aportes del Estado se estiman en $ 2.400 millones con lo que a un tipo de cambio de 3,98 por DÓLAR, se mantienen los u$s 1,6 millones por dia.

No vamos a entrar en las suposiciones del mejor destino que pudo  tener ese dinero porque ese dinero ya se gastó y es imposible usarlo para otro objetivo  y por tanto sólo nos queda proponer una alternativa posible que incluso contemple el gasto ya hecho para poder terminar con esa prodigalidad que linda con lo obsceno.

Parecería que AEROLÍNEAS ARGENTINAS funciona como un perfecto “agujero negro” su presidente Mariano Recalde, es un privilegiado lobista ya que tiene acceso directo al corazón del poder, a tal punto que el Ministro De Vido no pudo desplazarlo, pese a su intento nocturno de enero o febrero de este año, según nos contó una “garganta profunda” que no se si es la misma que a veces le cuenta secretos del poder al amigo Jorge Asis.

Lo cierto es que cuando a AEROLÍNEAS ARGENTINAS le falta dinero, se hace la cuenta de lo que necesita, sin ponderación alguna, se lo pide y al poco tiempo se lo recibe.

Asi no es necesario ni dirigir, ni gerenciar, ni tener objetivo alguno, se haga lo que se haga, el dinero está.

Habría que ver y esto será análisis de otra nota si con ello no se vulnera el sistema de libre competencia ya que el sentido común nos dice que los aportes ilimitados no responden por lo menos a ningún criterio de justicia.
En nuestra opinión todo gasto que haga el Estado debe tener un objetivo que debe fijarse según criterios de justicia y desde ya creemos que en el caso de AEROLÍNEAS ARGENTINAS, no hay objetivos ni impera el principio de justicia, ya que si asi fuera los aportes serían mucho menores.

¿Cuales son los “objetivos de la inversión” en AEROLÍNEAS ARGENTINAS?

Difícil saberlo, a juicio de su Presidente lobista,  funcionarios del Poder Ejecutivo y algunos legisladores, serían la “conectividad, la “función social, nunca explicada, ser un instrumento del Estado, pero nadie dice para que; un medio para facilitar el turismo como se justificó al llamado “vuelo federal” que une dos o tres destinos turísticos entre si; en fin si estos son los objetivos, me parecen muy pobres ya que se pudieron haber alcanzado con otras políticas mucho menos costosas.

También se ignora si en algún lugar del Estado se mide o pondera la gestión del directorio de AEROLÍNEAS ARGENTINAS, desde ya la falta de información al respecto nos hace presumir que poco importa saber no sÓlo en que se gasta el dinero sino que ocurre en AEROLINEAS ARGENTINAS.

Puedo hacer varias preguntas muy simples, ¿el nivel salarial del personal tiene relación con los resultados de la empresa?, ¿la dotación de personal tiene relación con su capacidad operativa?, ¿la flota de aeronaves responde a algún plan estratégico…?

Con las respuestas a estos tres simples interrogantes podríamos tener una idea de los objetivos de la empresa.

Con relación a la dotación de personal es cierto que la ley 26466 dispuso como objetivo el mantenimiento de las fuentes laborales lo que no significa haber establecido un régimen de estabilidad absoluta.

La ley no determina un número intangible de empleados sino los necesarios para mantener la fuente de trabajo ya que un número en exceso llevaría precisamente a su inviabilidad total y por tanto a la pérdida de la misma.

Mi idea no es solo responsabilizar el Poder Ejecutivo por tanta dilapidación de dinero, sino también a los partidos opositores que estimo salvo alguna excepción, poco o nada les interesa AEROLÍNEAS ARGENTINAS.

Mi escepticismo llega a tal punto que imaginando un gobierno de otro signo, no creo que esta cuestión tenga algún cambio sustancial.

El imaginario social parecería haber resuelto la inmortalidad de la empresa.

Por ello tratando de ser lo más realista posible estimo que debería elaborarse un presupuesto de tres/cinco años para la empresa.

Ese presupuesto debería responder a un plan de negocios que determine:

a)    las rutas que se consideren de interés comercial y eventualmente político, en el ámbito internacional, regional y cabotaje.
b)    La flota necesaria para lograr esos objetivos,
c)    La inversión necesaria que tendría que hacer el Estado para implementar ese plan teniendo en cuenta los ingresos probables de la empresa.
d)    Determinar la dotación de personal según parámetros de máxima productividad.
e)    Presupuestar los gastos que podría demandar este plan de negocios en un plazo de 3/5 años.
f)    Determinar el órgano del Estado que tendría a su cargo la medición de los resultados por lapsos semestrales.
g)    Por ultimo ponderar la magnitud del esfuerzo ya hecho que creo se debe tener en cuenta para evitar un daño mayor.

Una vez logrado un acuerdo tomar la decisión al respecto.

La decisión versaría sobre la conveniencia o no de afectar fondos del Estado para ese proyecto y las eventuales consecuencias si al término del plazo no se lograron los objetivos prefijados.

En este supuesto, el agujero negro se podría convertir en una inversión y el tiempo dirá si fue una buena o mala decisión según sus resultados, pero por lo menos habremos limitado el flujo de fondos al servicio de un proyecto posible.

Portal de América

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