La “AMISTAD CIVIL” y su relación con el turismo
Lunes, 20 Septiembre 2010 00:00

La “AMISTAD CIVIL” y su relación con el turismo

La Real Academia nos dice que la  Amistad es Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

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por Luis Alejandro rizzi desde Buenos Aires
Diría que esa definición se refiere a lo que llamaría “amistad privada”, la amistad entre dos o más personas, pero siempre dentro de un círculo muy reducido.
Sin embargo mi intención es incursionar en lo que en PIRIÁPOLIS llamé “Amistad civil”.


La “amistad civil” debe ser o debería ser una cualidad de la sociedad civil que básicamente consiste en respetar al prójimo.
No debemos confundir la amistad en cuanto afecto personal, característica de la “amistad personal” con la “amistad civil”.
La amistad civil no se refiere a sentimientos sino mas bien a comportamientos cívicos que desde una perspectiva liberal y tomando el primer principio de Rawls consistiría en que “…cada persona debe tener un derecho igual al esquema mas extenso de libertades básicas iguales que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los demás…”

La amistad civil me atrevo a afirmar es un “don” que recibimos todas las personas al nacer y ARISTOTELES nos dice que “La naturaleza arrastra, pues, instintivamente a todos los hombres a la asociación política” y mas adelante agrega que “…el hombre ha recibido de la naturaleza las armas de la sabiduría y de la virtud, que debe emplear sobre todo para combatir las malas pasiones…”; sin la virtud -el hombre- es el ser mas perverso y mas feroz que lo lleva a vivir sin leyes y sin justicia.
Para los católicos la “amistad” es un don o gracia que nos da Dios, para los no creyentes es una gracia que nos da la vida o la naturaleza como lo dijo Aristóteles.


Cuando el “don” no se ejerce se atrofia, con la particularidad que se desarrolla en sentido contrario a su finalidad. En ese supuesto el “don” de la “amistad” se convierte en “enemistad” y en ese caso su desarrollo es vertiginoso y dañino.
La amistad civil es esa cualidad que nos impulsa a hacer lo que se debe hacer, es esa acuñación en la persona que le permite distinguir intuitivamente el bien del mal.
La intuición es  la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”, la intuición es pues una de las virtudes con las que todos nacemos.
Santo Tomas definía la ley como “…una ordenación racional promulgada por quien tiene a su cargo el gobierno de la comunidad para promover el bien común”.
La ley como pauta de comportamiento  es la regla de vida para cualquier asociación política y como tal debe reunir dos cualidades “racionalidad” y en consecuencia” proveer al bien común”.
La ley que no reúna esos dos elementos, la racionalidad seria la causa eficiente y el bien común su causa final, no puede ser llamada “ley” aunque se haya sancionado cumpliendo los formalismos establecidos por la institucionalidad.


La asociación política de ARISTOTLES o la “sociedad civil” requieren ese mínimo de “affectio societatis” que significa ya la voluntad no solo de respetar la ley sino también al otro.
Recurriendo a principios del derecho romano cada persona debería comportarse como un “buen ciudadano” y como un “buen hombre de familia”; esa suma de comportamientos individuales constituye la “amistad civil”.
En política hay tres relaciones básicas la primera es la que se llama “mando obediencia”.
Este principio significa que el poder se ejerce con una finalidad que es la de proveer el bien común, es decir hacer lo necesario para un fin y la obediencia es la virtud que nos impulsa a acatar y cumplir con la ley y la obligación de acatar la autoridad del gobernante.-El poder es servicio.
Otra relación delimita el ámbito de lo “público y lo privado” que las escrituras definen con inigualable claridad y sencillez “Dad a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.
El poder político debe respetar el ámbito de lo privado que vendrían a ser las libertades básicas liberales, la libertad política elegir y ser elegido, libertad de expresión y de reunión, libertad de conciencia y pensamiento, libertad personal, el respeto al derecho de propiedad, estas son las libertades.
En el ámbito de lo público el hombre tiene un triple rol como administrado, contribuyente y ciudadano y debe contar con los medios jurisdiccionales necesarios para ejercer sus derechos no solo públicos sino privados.
En general las normas básicas de todas las sociedades nos dicen que no hay derechos absolutos y que estos  se ejercen de acuerdo a las leyes que reglamentan su ejercicio.


Es ni más ni menos el principio de la “buena fe”.

Finalmente la tercera relación es la que se llama “amigo-adversario” o “amigo-enemigo”
Si bien el diccionario equipara al contrario y al enemigo en una misma acepción, en lenguaje político el “adversario” es también “amigo”, en las sociedades en las que  impera la “amistad civil”.
Con el adversario se busca el “consenso” que es una suerte de “transacción” donde todos renuncian a una parte de sus pretensiones o ideas con la finalidad superior de evitar caer en la “enemistad”.
El consenso es en definitiva un “acuerdo” que permite resolver una “cuestión” entendida como “oposición de términos lógicos o de razones respecto a un mismo tema, que exigen detenido estudio para resolver con acierto”, lo que no garantiza el acierto de la decisión.
En las sociedades “inamistosas” no existe el “adversario” sino el “enemigo” al que hay que vencer.
El consenso implica racionalidad y respeto al bien común ya que los “acuerdos” o “consensos” no se miden en función de “vencedores y vencidos” como si se tratara de una justa deportiva, sino como medio de proveer al “bien de todos”. Nunca los acuerdos constituyen un juego de suma cero.
Por el contrario cuando el conflicto se resuelve por medios cruentos hay ganadores y perdedores y si bien se puede consolidar el poder político formal se lesiona el bien común.
La función de la clase o elite política de una sociedad es precisamente la de resolver los conflictos mediante la negociación manteniendo el respeto hacia todos lo que se traduce en respeto a la ley y al orden, apartando a las personas peligrosas las que deberán ser sometidas a proceso judicial para acreditar su culpabilidad, ya que en todo régimen liberal la inocencia se presume.
Brian Crozier decía que “Todos los desafíos a la ley y al orden, ya provengan de la derecha o de la izquierda, o sean de índole meramente criminal, son temidos por la masa de los ciudadanos ordinarios cuya simple aspiración es vivir en paz y trabajar sin obstáculos”.

En mi opinión el autor citado cuando dice “…la simple aspiración es vivir en paz y trabajar…” se refiere en cierta forma a los comportamientos que conforman la “amistad civil” que como decíamos no es un sentimiento sino una pauta de convivencia reflejada en el principio de justicia de Rawls, antes transcripto.
Aquellos que alteran el orden o pretenden poseer derechos absolutos asi como el gobernante que es incapaz de hacer cumplir la ley y garantizar el orden social practican más bien la “enemistad civil” ya que alientan los comportamientos anómicos y por ende arbitrarios.
El caso del ilegal corte del Puente San Martin es una prueba irrefutable y ejemplo de enemistad civil ya que ninguna de las instituciones republicanas argentinas hizo algo para restablecer la vigencia de la ley y el orden, por el contrario los comportamientos inamistosos fueron alentados.
En general el “mal gobierno” hace uso del conflicto buscando exacerbarlos con el objeto de eludir la búsqueda de  la “solución negociada” o lisa y llanamente cuando corresponde, restablecer el orden y el respeto a la ley.
En las sociedades donde impera la “enemistad civil” no hay ley ni orden.
La ley es reemplazada por la voluntad del gobernante y el concepto de orden se subsume en el de sumisión y como suele decirse la República deviene en REPUBLIQUETA.
Característica también de los regimenes fundamentalistas como el IRANÍ.
Como el “PORTAL” es esencialmente un medio turístico tenemos que relacionar la cuestión de la “amistad civil” con las corrientes turísticas.
Pienso que en lo inmediato debido a la crisis económica, a sus consecuencias aun no debidamente analizadas ni ponderadas, los flujos turísticos  agregarán a su menú los entornos amistosos.
Aclaro las sociedades “inamistosas” o poco amistosas recibirán flujos pero mucho menores de los que podrían pretender.
Regimenes políticos religiosos donde aun hoy imperan castigos como la “lapidación”, de una crueldad incomprensible para todo tipo de entendimiento conforman “sociedades inamistosas” donde las expectativas turísticas quedan reducidas prácticamente a la nada.
Ese seria un caso extremo.
Tenemos casos intermedios de países que como ARGENTINA y MEXICO que reciben turistas pero podrían recibir muchos más.
Estas son sociedades “poco amistosas” en un caso por la tolerancia permanente a acciones ilegales y por ende violentas, ponderadas como ejemplo de lucha social, tales como cortes imprevistos de rutas (la ruta 9 llamada PANAMERICANA lleva 14 días de interrupción) paros sorpresivos por las causas mas nimias que interrumpen servicios públicos esenciales, y en el de México por el nivel de peligrosidad extrema que alcanzó el narcotráfico y que puede convertir a cualquiera en victima.
Algunas ciudades de Brasil podrían forma parte de este lote de sociedades “inamistosas por los niveles de “inseguridad”
URUGUAY, PERU y CHILE serian ejemplos de “sociedades amistosas” comportamientos que cualquier persona puede comprobar en detalles no por mínimos importantes, como el respeto a las normas de tránsito.
La “amistad civil” es un valor que comenzará a ser buscado por las corrientes turísticas y los destinos que ofrezcan esos comportamientos por parte de sus habitantes agregarán un valor intangible a su potencial.
La “amistad civil” se constituirá en una etiqueta de “calidad” al producto “turismo” y en los folletos, avisos se podrá leer sobre tal o cual país “…is a friendly nation…” y esa leyenda moverá millones de dólares…!

 

Portal de América

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