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Argentina: sin precio para el turismo emisivo
Domingo, 02 Septiembre 2018 20:33

Argentina: sin precio para el turismo emisivo

“La crisis cambiaria puso en alerta a las agencias de turismo por la imposibilidad de fijar el precio de los paquetes al exterior debido a la imprevisibilidad del dólar.
Sucede que, con un precio de la divisa estadounidense cercano a $ 40,00 el mercado debió tomar ciertos recaudos”. Infobae.

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por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Finalmente el dólar parecería que se estabilizará en una franja que podría oscilar entre 37/39 pesos por dólar, lo que le facilitaría al gobierno reimplantar retenciones sobre todas las exportaciones, lo que le aportaría una suma de dinero importante a las arcas del Estado para poder fijar en cero el déficit fiscal primario.

 

Algunos piensan que con el apoyo del FMI el precio del dólar podría bajar aún más, pero eso causaría mayor resistencia a la imposición de derechos de exportación, llamadas “retenciones”, ya que la ganancia cambiaria, si así se le puede llamar, seria mucho menor.

 

Respecto a la “ganancia/pérdida” que arrojan las variaciones del tipo de cambio, tengo una opinión  negativa a la aplicación de retenciones que no son más que una apropiación de dinero ajeno, dado que en todo caso sería el impuesto el medio legitimo para financiar el gasto público.

 

Ahora bien, no podemos ver puntualmente la cuestión, ya que hasta abril el tipo de cambio estaba atrasado dado que se usaba como ancla para controlar el nivel de inflación, objetivo no logrado. Es decir, hasta abril existían retenciones de hecho, porque el atraso cambiario  era eso, una retención, por cierto ilegitima y confiscatoria.

 

Estos desaguisados propios de nuestra idiosincrasia ventajera ha sido causa que la inflación promedio desde 1935, año de creación del Banco central,  según cálculos hechos por Roberto Cachanosky que me facilitó, haya rondado el 53,2% anual que elevada a la potencia 83, el tiempo transcurrido desde 1935, nos da este número 1728540216103277, sería una inflación de 1728 billones %. (Hagan la prueba como un calculador financiero).

 

Lo cierto es que al no tener moneda no tenemos tipo de cambio, a tal punto que IATA el pasado viernes 31 tuvo que modificar el tipo de cambio de referencia cursado a las agencias dos veces con una diferencia entre uno y otro del un 10% (sic).

 

El precio del leasing de las compañías aéreas argentinas se duplicó desde abril en un 100%, razón por la cual  Aerolíneas Argentinas estaría pidiendo al gobierno la compensación respectiva, que de concederse generaría una grosera desigualdad con las privadas como Andes y a las extranjeras consideradas argentinas por la grosera modificación de una ley, como es el código aeronáutico,  mediante un decreto del Poder Ejecutivo.

 

Seria cómico tener que subsidiar también a empresas sustancialmente propiedad de extranjeros, chiste que ni a Roberto Moldavsky  se le hubiera ocurrido en su espectáculo del teatro Apolo.

 

Las agencias de viajes están frente a un problema, ya que  el mercado de viajeros ha quedado muy reducido, quizás solo al decil 10 de los cuadros que muestran los niveles de ingreso de la población activa que publica el INDEC,  sobre alrededor de poco más de 16 millones de personas.

 

Algunos agentes me dijeron  “off the record”  que tenían suspendidas las ventas, o bien sólo aceptaban pagos en moneda fuerte, dólar o euro. “No podemos cobrar en pesos y menos mediante tarjetas de crédito e incluso débito”.

 

Lo gracioso, me decía uno de los agentes, es que tampoco podemos cotizar turismo receptivo dado que hubo hoteles que estos días  tenían que actualizar a la baja sus tarifas en dólares, por los niveles de devaluación.

 

No puedo  dejar de contarles que el gobierno responsabiliza en gran medida a esta crisis cambiaria, a hechos y consecuencias venidas  del exterior.  Una vez más el mundo se cayó sobre el país, que denota algo peor, desconocer la falta de idoneidad de los funcionarios de gobierno para administrar el país.

 

Ahora habrá que esperar el resultado de la peregrinación al FMI para lograr alguna bendición en dinero, prometiendo que el ajuste será aún mayor, ya que no hay alternativa posible.

 

No hay peor necedad y estupidez que decir “es la única alternativa", o “nunca más”.

 

Por último, según información que me merece fe, se impondría un impuesto al gasto que realicen las personas en el exterior. Habría algunas discrepancias si sólo a quienes viajen o también a los que realicen compras sin viajar.

 

Otra idea que circula es la de desdoblar el mercado cambiario. Según escuché, uno tendría una flotación sucia y el otro totalmente libre.

 

La idea es desalentar lo máximo posible el turismo emisivo o bien gravarlo fuertemente. Personalmente no soy partidario de volver a poner en práctica medidas que ya fracasaron.

 

No se trata de emparchar el mercado de cambios y la escasez de divisas, de lo que se trata de tener un programa político con sustento económico y con una clara señalización de prioridades.

 

Portal de América