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Uruguay vs Francia, con ojos argentinos
Miércoles, 04 Julio 2018 21:07

Uruguay vs Francia, con ojos argentinos

Navegando por internet me encontré con la transcripción parcial de un reportaje hecho a Luis Suarez, y me gustó cuanto dijo más o menos que la selección celeste es la expresión de un país chico, con pocos habitantes, y por ello tenían el propósito de ganar la copa Rusia 2018…

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Ánimo o intención de hacer algo o de no hacer algo, objetivo que se pretende conseguir, tales son dos de las acepciones que la RAE le asigna a la palabra “propósito”.

 

Charles De Gaulle escribió que la “Grandeur” era un valor que se correspondía con un propósito moral más un propósito político. Pero tanto en la declaración de Luis Suarez como la del famoso general sobresale la idea del “propósito moral”, y ello va mas allá del resultado que se logre que siempre será circunstancial.

 

Paradojalmente, Uruguay y Francia jugarán una de los partidos decisivos para continuar en la Copa del Mundo, se enfrentarán dos propósitos, uno el de un país chico que quiere demostrar que la valía no es una cuestión de materia, territorio, población o volumen de negocios, es una actitud  ante la vida y el futbol en este momento puntual serviría como ejemplo. Uruguay llegó a las fases decisivas y no es un dato menor estar entre los ocho mejores.

 

El propósito de Francia es el de una potencia que por medio del futbol busca ratificar su vocación de liderazgo.

 

No cabe duda que el futbol en un torneo de este nivel es una expresión de propósitos que exceden lo deportivo, ya que a medida que van quedando los mejores, los respectivos países se colocan en la órbita del mundo. Uruguay, Francia, Suecia, Inglaterra, Bélgica, Brasil, Rusia y Croacia tienen presencia mundial, hoy gracias al futbol y en ese nivel de propósitos y respeto están en un pie de igualdad.

 

Da la casualidad que son países formalmente ordenados, sus instituciones funcionan y son respetadas en el concierto de las naciones.
Esta fase del mundial de futbol ha  definido a los mejores. Todos sabemos lo azaroso de los resultados, pero pienso que el éxito no es tanto ser el mejor, sino haber llegado a estar entre los mejores.

 

Como ejemplo contrario tenemos lo que hemos llamado el fracaso de la selección argentina, sin pensar que la Argentina viene fracasando como país desde hace decenas de años, ¿por qué le tendría que ir bien en el futbol..?

 

Fue obvio que la selección de futbol no tuvo propósito alguno, tuvo, puede ser propósitos individuales que no expresan un ánimo general.

 

La Argentina es un país que está perdido en su propio laberinto de miserias y vicios que hipócritamente pretendamos convertir en virtudes.

 

Y el futbol vuelve a ser un ejemplo de nuestra alarmante mediocridad.

 

La dirigencia del futbol emparentada con el gobierno, vía el señor  Daniel Angelici, suscribió un contrato que le garantiza al Señor Sampaoli su continuidad hasta el año 2022. Pero como la selección argentina se vino eliminada en los octavos de final, ahora se pretende personalizar el fracaso en su persona, como si toda la AFA fuera un ente virtuoso. La culpa es de Sampaoli, para el caso, “es el otro”.

 

Por eso hay que echarlo sin tener en cuenta las obligaciones asumidas. Me pregunto ¿quién o quienes realmente se tendrían que ir…? No, solo Sampaoli tiene que renunciar.

 

Tampoco nos alarmamos cuando se incumplió el contrato celebrado para jugar en Israel y fue suficiente que no más de 20 mercenarios argentinos  “amenazaran” en Barcelona a los jugadores con un gastado  megáfono y dos pancartas, para no solo justificar el “no show” sino además para retener los dos millones de dólares percibidos, como “contribución a la paz mundial” sic.

 

Pues bien, estas son las imágenes y pretendemos que vengan turistas para visitar nuestras maravillas geográficas, las que lamentablemente son manchadas por nuestra  mediocridad.

 

El turismo de ahora busca la confiabilidad de los destinos en un sentido genérico.

 

Pues bien, con estos ejemplos que damos de incumplimiento de contratos como el del frustrado partido en Israel, que recorrió todo el mundo, el de la hipocresía de negar las propias responsabilidades, el de demostrar que carecemos de propósitos, de buenos propósitos, de que nos sirve tener bellezas naturales que poco y nada tienen que ver con los vicios de nuestros recurrentes incumplimientos y las miserias con la que nos pretendemos justificar.

 

El mundial de Rusia nos mandó un mensaje muy simple.

 

No estamos entre los mejores, no solo en futbol, y eso tiene un costo que poco y nada tiene que ver con que el tipo de cambio favorezca el turismo receptivo, cuando ese tipo de cambio tiene un costo de las tasas de interés del 72% anual, 30% de pobreza, 30% de economía marginal y 30% como piso de inflación anual.

 

Eso si tenemos “low cost para todos y todas…” y el Ministro Guillo, para los íntimos, nos invita a brindar con caras bebidas, pero amargas…

 

Asi somos y parece que seguiremos siendo…

 

Portal de América