Nuevos usos en el turismo (low cost o High stupidity)
Jueves, 03 Mayo 2018 21:47

Nuevos usos en el turismo (low cost o High stupidity)

Ortega decía en “La rebelión de las masas” sobre cierta tendencia que nos hace creer que la sobra de medios favorece la vida. Hoy el low cost parece la solución milagrosa que nos pone el mundo al alcance de la mano y que el esfuerzo es cosa del pasado, pero vale recordar una vez más que como solía decir una de mis tías abuelas (q.e.p.d.), siempre lo barato salió caro o hasta el Santo desconfía cuando la limosna es grande”.

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por Luis alejandro Rizzi, desde Buenos Aires


Hace varios años viajaba regularmente a una ciudad del interior, llegaba a la mañana temprano, el avión aterrizaba a las 07:45 y regresaba a la noche en el último vuelo o en algún otro medio de transporte que saliera alrededor de las 20:00.

 

Realmente me resultaba incómodo no tener un lugar donde poder estar un rato, ya que en general en esos viajes había un tiempo muerto que iba desde las 13:00 a las 15:30, y si tomaba una habitación en algún hotel, tenía que pagar la estadía correspondiente a un día.

 

Fue asi que le sugerí a un gerente del hotel la posibilidad de tomar una habitación por algunas horas, más aún considerando que la ocupación promedio anual oscilaba en un 65%. Es decir, había lugar disponible.

 

Asi fue como comenzó a ofrecerme una habitación por un lapso de seis horas, tiempo más que suficiente para descansar un rato, higienizarse e incluso merendar tranquilo.

 

Obviamente esa suerte de gentileza se convirtió en un nuevo producto del hotel que al poco tiempo se convirtió en una suerte de “ancillary”, y significaba en aquella época, hablo de la década del 70,  un 10 a 15% de sus ingresos.

 

Esta modalidad se ha generalizado y en varias ciudades del interior se advierten en los aeropuertos avisos que ofrecen estadías hoteleras  por lapsos de hasta 12 horas, en algunos casos el precio incluye el traslado de ida.

 

Viene a cuento esta referencia dado que don Miguel Acerenza nos envíó una nota publicada en el diario Excelsior de México, del 30 de abril pasado, en el que informaba que en ese país ya estaban disponibles las reservas hoteleras por “micro estancias” por lapsos de 3, 6 y 12 horas.

 

No se si las personas que hacen uso de las “microestancias” o “microestadías”, se pueden llamar turistas, pienso que la cuestión carece de relevancia, pero no deja de ser un nuevo negocio turístico.

 

El viaje por el día técnicamente no es un viaje turístico, ya que no hay pernocte, pero que diferencia habría entre permanecer en una microestadía entre las 09:00 y 18:00 de un mismo día que entre las 23:00 y las 05:00/06:00 del día siguiente.

 

Con esto quiero decir que no podemos atarnos a los conceptos tradicionales, ya que hace unos años el viaje por el día resultaba inconcebible, no solo en el cabotaje sino en el largo recorrido, quizás por eso se definió al turista por una noche como mínimo de pernocte.

 

Hoy es posible hacerlo no sólo a cualquier ciudad del país, sino en el ámbito regional y en el largo recorrido.

 

No me gusta ser autorreferente, pero me ha tocado más de una vez viajar a Nueva York y a Madrid por el día, y obviamente usé una habitación hotelera y no pernocté, obvio no fui ni seré el único.

 

Esta modalidad de la “microestadia” ya cayó en el snobismo de hacer referencia a la hotelería “low cost”, para sustentar que a la gente hay que venderle solo lo que demanda. Por eso ya vemos en la hotelería que la estadía en una habitación tiene un precio, y todo otro servicio, incluido el desayuno, se factura por separado, incluso el traslado del  equipaje.

 

Con esta modalidad ocurre que lo que eran gentilezas o cortesías que uno respondía o retribuía con las llamadas propinas, se van convirtiendo en “servicios  profesionales” o “servicios pagos” por obra y gracia del “low cost”.

 

Parecería que nos vamos virtualizando como personas y nos convertimos en mercenarios de uno mismo, al punto que no faltará mucho para que le pongamos precio al mero saludo.

 

Se imaginan saludar  con un simple “buenas noches” y que nos aparezca luego en la factura “Respuesta a saludo nocturno u$s 5,00…”

 

Cuesta creer como en vez de naturalizar los cambios permanentes de la vida, intentamos bautizarlos con esa estupidez que se ha dado en llamar “low cost”, que no es ni más ni menos que decir que una cosa vale 1,99 en vez de 2.00.

 

Un centavo marca la diferencia, ahora le decimos “low cost”, preferiría llamarlo “High stupidity”.

 

Y la verdad….

 

Portal de América

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