¿Pensamos en el valor del tiempo? (A propósito del tiempo libre)
Miércoles, 07 Febrero 2018 09:45

¿Pensamos en el valor del tiempo? (A propósito del tiempo libre)

“…Para las aerolíneas low cost, su mercado potencial no es, como muchos piensan, el del viaje en ómnibus, sino, como ellos señalan, uno mucho más amplio: las personas sentadas en el sillón mirando la TV. Google afirma que la vida ya no se mide en años, días ni horas, sino en momentos… ¿Qué indican todas estas evidencias? Que ahora todos compiten con todos por los dos bienes más escasos, y por lo tanto más valiosos de esta era de sobreestimulación: el tiempo y la atención…” Guillermo Oliveto. www.lanacion.com  5/2/18.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Desde hace tiempo me venia dando vueltas en mi cabeza el valor que le dábamos al “tiempo”, que es quizás el más escaso de todos los bienes disponibles para el hombre, cualidad humana por excelencia.

 

Recuerdo que Hubert Reeves ejemplificaba la aparición del hombre con la vejez del planeta y explicaba que  si se redujera la edad del planeta a la duración de un día, un minuto equivaldría a tres millones de años. En ese caso, decía, los primeros homínidos habrían aparecido en los últimos dos minutos.

 

En esa perspectiva, cualquier vida  humana sería equivalente a un parpadeo, un momento más un momento menos.

 

El momento por definición es una porción breve de tiempo, pero el momento vivencial es un “momento de momentos”, y el ocio, comercialmente llamado “turismo”, es un momento de muchos momentos.

 

No sólo el turismo es una expresión del ocio, muchas actividades nos permiten  “ociar”, que no es otra cosa que el uso del tiempo libre, y daría un paso mas, “el buen uso del tiempo libre”.

 

Para simplificar en esta nota solo me referiré al “momento turístico” de cada uno.

 

Antes el “momento turístico” era de más tiempo que ahora. Un ejemplo, cualquier familia de la clase media veraneaba uno o dos meses y los viajes al exterior se pensaban como una estadía mínima de 40/50 días.

 

Ahora el “momento turístico” es mucho más breve, pero esa mismo familia que poníamos como ejemplo ahora tiene tres o cuatro “momentos turísticos” por año y medido en días cada momento pude constar de lapsos de dos/tres a siete días.

 

Por eso Oliveto en la nota referida dice que la competencia ahora es por el tiempo, visto como “momento/s”, y la atención, que es lo que nos lleva a decidir qué haremos con ciertos “momentos” de la vida pensados desde la perspectiva del tiempo libre.

 

De ese modo Netflix, por dar un ejemplo real, puede competir con cualquier destino turístico o al revés, cualquier destino competirá con esa red de contenidos.

 

Es posible que muy pocos vean la cosa de este modo, pero en definitiva el uso del tiempo libre se asociará con la escasez del tiempo.

 

Es probable que hace no más de cien años nuestra idea del tiempo vital era muy distinta, y de acuerdo a la oferta que teníamos para usar ese tiempo, nuestro menú de opciones era muy reducido. Cruzar el océano podía demanda 20 o 30 días de navegación, viajar 100 km podría ser una suerte de odisea.

 

Había lugares que hoy son destinos turísticos comunes, que eran inaccesibles, pensemos que hasta un planeta o la luna podrían ser objeto de un “momento turístico”.

 

No quiero caer en la vulgaridad de decir que vivimos tiempos difíciles, ya que desafío al que asi piense para que me diga si alguna vez la humanidad tuvo tiempos fáciles.

 

Vivimos tiempos que multiplicaron las opciones, y hoy la gran cuestión es elegir entre “mucho”, con un agravante, todo dependerá de cómo valoremos el “tiempo” y a donde nos guie la atención.

 

No tengo duda, la batalla ahora será por el “uso del tiempo” y cómo conquistar la atención de la gente, otra consecuencia del desarrollo de los “smart”.

 

Si adaptáramos “cambalache”*, que significa algo asi como intercambio de cosas de poco valor podríamos decir: "…este siglo es un despliegue de ofertas increíbles, ya no hay quien lo niegue; vivimos aturdidos en un mar de ofertas y manoseados por un mismo consumismo, todos contagiados, hoy resulta que es lo mismo tomar un avión que ver una serie, ir al cine que hacer el amor, hoy todo es igual, todo es deseable, es lo mismo un agente de viaje que un drugstore, viajar en business que por la low cost, al final en la misma cola y con la misma duda se encontrarán el burro y el gran profesor…(como y en que gastamos el tiempo libre)".

 

A modo de conclusión. Hace años asistí a una charla del famoso mercadólogo George Chetochine, y al responder una pregunta dijo que la cuestión pasa por acaparar la atención del consumidor, se trata que piense que prefiere consumir, en este caso turismo, internet o pasar una día entero en pijama… para usar su tiempo libre.
Oliveto decía que la competencia se da entre dos bienes escasos “Tiempo/momento y atención”.

 

*N.R.: El autor adapta una parte de la letra del tango "Cambalache".

 

Portal de América

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