por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Hace años que infructuosamente, con indiferencia y lo más grave, sin interés por parte de las autoridades nacionales, la de la “revolución de los aviones” (sic), que vengo bregando por la creación del “cielo único latinoamericano”.
Recuerdo que expuse por primera vez, orgánicamente, la idea en Venezuela hace unos diez años, en un evento al que fui invitado en la plenitud del gobierno de Hugo Chávez, y en ese medio la idea provocó diversas preguntas y algún debate que se prolongaron luego en alguna reunión privada.
Vengo escribiendo regularmente sobre el “cielo único latinoamericano”, expuse la idea verbalmente ante algunas autoridades del gobierno, pero siempre tuve la sensación que era algo que no interesaba, que no valía la pena.
Pues bien, no puedo negar que la noticia publicada por Aerolatinnews me provocó envidia y me incita a continuar con el desarrollo de la idea.
En los considerandos de la propuesta de los ministros con competencia en el transporte aéreo se dice que es necesario armonizar las políticas de transporte aéreo, eliminar las barreras que obstaculizan el desarrollo sustentable del transporte aéreo, así como la necesidad de facilitar el libre movimiento de personas, bienes y servicios en África.
Se propone que las líneas aéreas locales tendrán libertad para fijar itinerarios, tarifas y capacidad, y se garantíza el uso de las primeras cinco libertades del aire.
Las tarifas que impliquen incrementos deberán ser registradas con 30 días hábiles de anticipación, requisito que no es necesario para las rebajas las que se aplicarán de inmediato.
Latinoamérica es un mercado de 400 millones, los sistemas económicos, salvo Venezuela, vienen en crecimiento. Ecuador acaba de anunciar su política de “cielos abiertos”, lo que significa que ya existe un mínimo consenso `para impulsar el “cielo único latinoamericano” para las empresas domiciliadas en la región.
Argentina debería empezar por derogar de una buena vez la ley 19030 y reformar el código aeronáutico, o quizás reemplazarlo por una ley de transporte aéreo de neto corte administrativo. Mis lectores saben que pese al notable esfuerzo del Dr. Videla Escalada, no creo que el derecho aeronáutico, como el derecho aeroportuario, sean ramas autónomas del Derecho.
En mi opinión son cuestiones que entran dentro del Derecho administrativo. Peor en fin, no es el tema de esta nota.
Espero que se concrete el cielo único africano y que en nuestra Latinoamérica, comencemos para establecer nuestro “cielo único”
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