por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Un pedido de disculpas. Antes de ir al tema de esta nota debo una disculpa al PDA, a nuestros lectores y a las personas que se pudieron considerar afectadas con relación al tema del “CESA” concedido el pasado 10 de enero a FLYBONDI. En la función periodística se suele confiar en las llamadas “fuentes”, algunas públicas como otros medios, otras privadas y en especial en los “off the record”. Pues bien, a veces la información no resulta correcta o bien a veces también suele ser solo parcialmente incorrecta.
Gracias a Dios esto nos pasa muy rara vez, pero cuando pasa no puedo negar que uno se siente mal.
Viene a cuento que cuando en 1985 el gobierno del Dr. Raul Alfonsín había diseñado en la más absoluta reserva el llamado “Plan Austral”, un día miércoles alrededor de las 17.00 horas una persona del sector financiero me contó en detalle cómo era ese plan durante una charla que duró algo más de una hora.
En esa época yo conducía un programa económico en Radio del Plata que comenzaba a las 19.00 horas y no tuve tiempo para chequear esa información, por tanto no me animé a contarla a nuestros oyentes, cosa que pensaba hacer al día siguiente.
Pues bien, en esa época recibía varios diarios entre ellos Ámbito Financiero, que dirigía Julio Ramos junto con Roberto Garcia y en la nota de tapa se resumía el contenido de ese nuevo Plan económico, no lo podía creer. Debo decir que merced a esa publicación el gobierno adelanto la difusión del PLAN AUSTRAL. Como consuelo puedo agregar que el jueves a la tarde abordé temas que Ámbito había dejado de lado y que tenían su importancia, pero perdí el placer de “la primicia”. A veces el exceso de prudencia nos perjudica y a veces el exceso de confianza nos hace patinar.
El tema de la nota
Obvio que comparto los fundamentos del DNU 27/18 pero lamento que en el capitulo V titulado “Aviacion Civil” no se hayan abordado tres o cuatro puntos esenciales para el desarrollo de nuestro transporte aéreo y que hoy día resultan cuando menos obsoletos o anacrónicos como reza los considerandos de la norma transcriptos en el copete.
Lo primero que se debió haber incluido es la derogación de la cavernaria ley 19030, además nacida en un gobierno no democrático.
Luego se debió derogar el artículo 99 del código aeronáutico que dispone el principio de la propiedad sustancial, hoy totalmente anacrónico y además vulnerado, como lo hemos explicado, al referirnos a los casos de LATAM, AVIAN y NORWEGIAN.
Pienso que también se debió derogar la necesidad de las audiencias públicas que han demostrado su absoluta inutilidad, como tramite para obtener la concesión de rutas aéreas.
Por último se debieron abolir las tarifas mínimas.
Con estas simples decisiones podríamos comenzar a hablar de “la revolución de los aviones” con algo más de fundamento.
Una lástima, otra oportunidad perdida.
Portal de América