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Crear mercado
Domingo, 09 Julio 2017 22:34

Crear mercado

“Miramos la banda y es bastante amplia. Obviamente, es factible. Pero también estoy pensando qué es lo mejor para el público, qué es mejor para la gente. Y lo mejor para la gente siempre debe ser lo mejor para las aerolíneas. ¿Es mejor tener un precio mínimo? ¿O es mejor tal vez ir poco a poco a un mercado libre? También debemos tener en cuenta lo que es mejor para la gente”. Bjørn Kjos, fundador y CEO de Norwegian, al diario La Nación, 9 de julio de 2017.

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Es obvio que Norwegian apunta a un mercado del transporte aéreo libre, pero para ello se deberían cumplir varias condiciones.  

 

En el aspecto estrictamente tarifario, eliminar el subsidio que recibe Aerolíneas Argentinas y eliminar las tarifas mínimas. El primero desde ya desvirtúa la posibilidad de una genuina competencia y lo segundo traba el sistema tarifario de cada aerolínea.

 

Yendo al aspecto operativo, se debería eliminar el monopolio establecido a favor de Intercargo para los servicios de handling, y se deberían encarar profundas reformas en los servicios aeroportuarios. Incluso se debería debatir sobre su financiamiento, ya que parecería que este tipo de servicios hacen a la esencia del servicio de transporte aéreo, ya que sin aeropuertos no es posible imaginar este tipo de transporte.

 

El debate que se debería generar es si los servicios aeroportuarios deben ser financiados por el estado o por los usuarios.

 

Es sabido que en el caso de las rutas, el peaje es admisible cuando existen vías alternativas, ya que de lo contrario se estaría impidiendo o condicionando el derecho a  la libre circulación al pago de un precio.

 

Hay servicios que debe prestar el estado que se deben financiar con los recursos públicos, tales como salud, educación, seguridad, sin que ello impida su prestación por parte de prestadores privados, incluso en los ya generalizados servicios de seguridad privada.

 

El servicio aeroportuario se ha convertido en un negocio sustentado sobre un servicio esencial de transporte como es el aéreo, a tal punto que el pasajero paga una tasa para tener derecho a embarcar y desembarcar en un aeropuerto, y sin el pago de esa tasa no es posible viajar, ya que un avión no puede ser abordado  en una esquina o en el medio del campo.

 

Las prestaciones básicas del servicio aeroportuario debería ser financiado por el Estado, sin perjuicio que cada aeropuerto brinde servicios diferenciados para el pasajero, que este obviamente deberá pagar.

 

Los servicios comerciales que se brindan en los aeropuertos también deberían ser privados, y los pagos de alquiler o canon contribuirían a sustentar sus gastos operativos.

 

Entre este tipo de servicios  que se podrían privatizar, tenemos desde servicios comerciales hasta los servicios de mangas o pasarelas telescópicas, incluso servicios de handling para aquellas empresas que por su movimiento no justifique su propia prestación.

 

Es absurdo que se deban pagar tasas por los servicios de migraciones y aduanas, ya que son prestaciones que solo debe hacer el Estado. Es como si los servicios de policía tuvieran que ser financiados por cada barrio. Suena como loco, ¿no…?  

 

Precisamente, el pago de impuestos tiene por finalidad financiar los gastos esenciales del Estado, entre los que no se cuenta la prestación directa de servicios de transporte, pero sí de la infraestructura necesaria para hacerlos posible.

 

El subsidio debe dirigirse exclusivamente a la demanda en los casos que lo justifiquen, pero los subsidios generalizados a la oferta no solo son ilegítimos sino que además pecan de inmoralidad.

 

Va de suyo que no solo Norwegian, sino  todas las líneas aéreas que decidan explotar servicios en la Argentina, necesitarán que imperen esos marcos generales para poder dedicarse a crear mercado.

 

Claro, hay una limitación que es la existencia de más de doce millones de pobres, de una desproporcionada distribución del ingreso, ya que el 48 y pico del PBI es acaparado por los deciles nueve y diez según las escalas de ingreso por grupo familiar e individual que confecciona el INDEC.

 

Por último, el personal de transporte de buses ha generado un conflicto gremial con motivo de una cuestión salarial, y que el sector empresario imputa al transporte aéreo por el hecho que algunas tarifas  aéreas son iguales o inferiores a la de los buses, lo que convertiría a este sistema en inviable en las rutas de larga distancia.

 

Como en muchas cosas, esto también escondería una historia de corrupción, ya que algunos servicios serian prestados para lavar dinero. Aun el Estado no investigó este hecho que es materia de comentario obligado entre los que dicen conocer las entrañas de servicios que se declaraban con excelente ocupación, y que solo viajaba un diez por ciento de la capacidad ofrecida.

 

La respuesta es sencilla para el sentido común, pero complicadas para los argentinos que no tenemos noción de la productividad, de la escasez, de la correcta asignación de recursos y que la vida cambia, desaparecen servicios y aparecen otros, y algunos recorridos que superan los mil kilómetros deberían ser discontinuados.

 

Este tipo de servicios debería apuntar a las conectividades regionales  y locales que el transporte aéreo no podría servir.

 

La llamada “path dependance” es una realidad que a los argentinos nos ha sumergido en un proceso de decadencia que ya superó los ochenta años.


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