Los gremios aeronáuticos vuelan hacia atrás
Martes, 23 Mayo 2017 21:36

Los gremios aeronáuticos vuelan hacia atrás

“Su viabilidad y existencia están siendo puestas en grave riesgo, por dos acciones simultáneas del gobierno nacional: por un lado, se les recortó colosalmente sus subsidios, en el 2016 a U$S 320 M (60% menos que en el 2015, a pesar del rojo recibido de U$S 1000 M), y en el 2017 a U$S 180 M (30% menos que en 2016), pese a que el año pasado hubo 40% de inflación y está previsto para este año un 25%, y un aumento estimado del dólar en un 20%, la moneda con que las empresas afrontan la mayoría de sus gastos. (GREMIOS AERONÁUTICOS ARGENTINOS - SEGURIDAD AÉREA - POLÍTICA AEROCOMERCIAL)”

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

América Latina, dice Juan José Llach en un excelente articulo publicado en la Revista Criterio, que es el continente con menor crecimiento y que se “…erra fiero al atribuir sus trayectorias al “neoliberalismo” o al “progresismo”, porque la principal línea  que divide a los de buen y mal desempeño es la que distingue a una economía racional y previsora del populismo económico que rifa el futuro maximizando el consumo y castigando la inversión”. Esos costos no son solo el confort en vuelo, el tipo de equipaje o la homogenización de la flota. Invierten menos que las empresas tradicionales en todo lo que hace a la seguridad (capacitación de su personal, combustible mínimo, mantenimiento aeronáutico), trabajando siempre al límite.

 

El párrafo que sirve de copete y este otro que está escrito en el mismo comunicado, propone y ratifica para el país continuar con el mal desempeño, que no es ni más ni menos que gastar más de lo que se produce, descalificar la productividad, mantener el largo proceso de decadencia y mantener privilegios que hoy lucen como inaceptables.

 

Veamos, dicen los gremios que el grupo ARSA/AU está desprotegido (sic) lo que se evidenciaría por  “…el continuo recorte presupuestario, la falta de un plan de empresa o la carencia de una firme visión de utilizar la misma como una herramienta estratégica para la regulación aerocomercial, y sumada a las continuas declaraciones de sus administradores, ponen en duda a diario sobre las reales intenciones que el Gobierno tienen al respecto del destino del Grupo Aéreo Estatal y sus trabajadores.”

 

Los gremios no tienen en cuenta que el Presupuesto de la Nación lo aprueba el Congreso, donde el gobierno es minoría, y que el presupuesto nacional asigna bienes públicos a la ciudadanía, redistribuye los ingresos y define prioridades del gasto. Al asignarse al grupo ARSA/AU un monto determinado para cubrir sus pérdidas, significa que la empresa deberá valerse de sus ingresos y del subsidio asignado, esto es una real anomalía en épocas que el transporte aéreo es rentable y las empresas incapaces de sustentarse quiebran.

 

Demás está decir que el grupo ARSA/AU subsiste gracias a los contribuyentes en un país que la presión fiscal paso del  30,5% del PBI en 1980 al 48,7% del PBI en 2014, lo que significa que tenemos una presión tributaria efectiva y similar a la de Dinamarca, pero con un PBI per cápita  a dólares PPP (paridad de poder de compra) menor a la mitad, con el paradójico agravante que esos mismos gremios piden que se libere a los trabajadores del pago de impuestos y convienen el pago de “sumas no remunerativos” para evadir el pago de cargas sociales.

 

El círculo de la inmoralidad cierra de modo perfecto

 

Sin embargo. se incurre además en mentirillas como cuando pretenden descalificar el llamado “low cost”. diciendo que las empresas que utilizan esa modalidad “Invierten menos que las empresas tradicionales en todo lo que hace a la seguridad (capacitación de su personal, combustible mínimo, mantenimiento aeronáutico), trabajando siempre al límite”.  

 

Me pregunto ¿qué significa  trabajar al límite?, porque lo normal es trabajar dentro de los límites. Por otra parte no conozco accidentes sufridos por las empresas “low cost” y los incidentes que se reportan son los propios de la actividad.

 

Es de muy mal gusto la referencia a LAPA porque sufrió una desgracia que involucró a varias personas. Es como si mañana una empresa competidora sacara a relucir accidentes de otras líneas aéreas.

 

Está muy mal este tipo de afirmaciones cuando en la Unión Europea el “ low cost” absorbe más del 50% del tráfico comercial de pasajeros y nadie pone en tela de juicio su calidad operacional.

 

En otro párrafo dicen que Aerolíneas Argentinas y Austral “…están siendo empujadas hacia la tradicional receta de ajuste: achique empresarial, despidos, rebajas salariales, entrega de conquistas convencionales y precarización laboral; bajo la falacia de que son obligadas por el mercado, cuando en verdad son obligadas por dicha política y los planes del gobierno nacional”

 

En todo caso las empresas están tratando de sumergirse en ámbito de  la racionalidad y en la rentabilidad, y va de suyo que habrá que revisar las llamadas “conquistas” que solo son abusos  posibles gracias a los contribuyentes.

 

Hay una crítica a la política aérea, y si bien es cierto que el gobierno no tiene una política de transporte  y dentro de ella una política aérea, no es menos cierto que la apertura que se está ensayando va por el buen camino, ya que Argentina, por ejemplo en materia de quinta libertad, no puede ofrecer nada por su ubicación geográfica.

 

La Argentina debe apuntar a una política de cielos abiertos a pesar del Ministro Dietrich y de “cielo único” en Latinoamérica para abrirle posibilidades de competencia a las líneas aéreas constituidas en la República.

 

En cierto modo se ha llegado a esta situación de conflicto, que es lo que buscan los gremios aeronáuticos, porque el gobierno lleva perdidos más de un año y medio en el manejo de estos temas dado que no ha tenido plan ni proyecto con relación al transporte aéreo ni con relación a Aerolíneas Argentinas, sociedad que por mérito de la ley 26412, art. 9º  no se puede privatizar.

 

En la vida no hay nada peor que demorar los conflictos, porque lo que podía resolverse por medio de la negociación se hace más difícil, máxime cuando no contamos con medios o sistemas de arbitraje confiables.

 

De todos modos, para salir de esta coyuntura en la que los gremios aeronáuticos nos guste o no han ocupado el centro de la escena, el gobierno deberá tener en cuenta que los protagonistas para encontrar la mejor senda para el transporte aéreo deben ser  la sociedad civil, el estado y el mercado. La sociedad civil representada por sus gremios, el estado representado por el gobierno y el mercado como referencia ineludible.

 

Hoy el mercado del viajero por transporte aéreo en nuestro país es muy reducido. Si tenemos en cuenta datos suministrados por el Indec, en  la medida de los ingresos de los 16 millones de personas que declaran recibirlos,  solo a partir del decil 9 hay personas que logran ingresos desde la suma de $ 15.000 en adelante, el decil 10 parte de los $ 20.000. Así se llega a los 15/17 millones de viajeros por transporte aéreo consecuencia de la recurrencia.

 

Tengamos en cuenta que desde 2007 a la fecha nuestro nivel de vida disminuyó un7% y en es lapso Perú creció un  26%, Bolivia un 16 y Chile un 9%. Todos con políticas aéreas de “cielos abiertos”, y en esos países aumenta la cantidad de pasajeros.

 

Portal de América

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