por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
Cuando los riñones funcionan mal, la urea y el potasio se pueden acumular en la sangre. La hiperpotosemia, puede alterar el ritmo cardiaco producir fatiga, nauseas y finalmente paro cardíaco. El exceso de urea, que es un desecho del hígado y del resto del cuerpo, también puede ser mortal.
Si llevamos estas enfermedades al terreno económico, vemos que el exceso de potasio y de urea pueden ser causas de muerte, es decir de quiebra de una empresa.
Una empresa sufre de esos males, que llamaría perdidas continuas, cuando las genera porque varias cosas funcionan mal. Pueden ser un equipamiento equivocado de flota, exceso de personal, un mal sistema de planificación de su funcionamiento, gastos excesivos, exceso de cargos gerenciales, y muchas otras causas que pueden parecer insignificantes, pero que concatenadas también son peligrosas para la salud económica.
El gobierno desde la designación de Isela creyó que lo que necesitaba Aerolíneas Argentinas era una buena gestión gerencial, es decir realizar un tratamiento de diálisis para eliminar el exceso de potasio y de urea y una vez logrado el objetivo, la cosa funcionaría.
Los tratamientos de diálisis en general son temporarios hasta que se logre sanar o trasplantar un riñón.
Esto el gobierno lo debería saber ya que el administrador de la ANAC, por su profesión de ingeniero y especialista en equipo de diálisis, muy bien calificado para esa tarea, se supone que podría haber aportado sus conocimientos. Los últimos diez años, desde 2006 trabajó en la empresa Diaverum, líder en la atención de pacientes renales y antes lo había hecho en empresas de alimentación, justo cuando Aerolíneas Argentinas suprimió los servicios de catering en el cabotaje. Eso es mala suerte.
No podemos negar que Diaverum está situada en Barracas, relativamente cerca de la ANAC lo cual podría haber sido tenido en cuenta para su designación, ya que la cercanía podría contagiar idoneidad. El anterior administrador era de Ezeiza, en ese sentido sus antecedentes pesaban más, ya que allí esta nuestro principal aeropuerto internacional.
La vecindad, sea con un aeropuerto o con la propia sede de la ANAC sería un antecedentes muy valioso en cualquier concurso de selección.
Sin embargo la función en la ANAC lo inhibe de intervenir en Aerolíneas Argentinas pero si fue designado por razones de amistad o de vinculación, teniendo en cuenta que su hermano Jorge proviene del grupo SOCMA, y es el titular del correo, bien podría haber dado algún consejo al respecto “off de record”, con suma discreción y usando el cono del silencio del agente 99.
Lo cierto es que se sigue con el servicio de diálisis que se instrumenta por medio de entrega de fondos provenientes del pago de impuestos por parte de “todos y todas”, digo así porque es el mismo tratamiento aplicado por el gobierno K, eso si algo mejorado porque esos aportes algo han disminuido. Es indudable que algún consejo por debajo de la mesa hubo, porque la eficiencia del tratamiento se mejoró.
Esa entrega de fondos hace funcionar de modo más aliviado a sus riñones, que son la dirección o gerencia financiera y de ese modo se evita que “cambiemos” llegue a Aerolíneas Argentinas.
Si vemos casos del exterior, Alitalia que también optó por una suerte de diálisis a la italiana, virtualmente está en estado de coma cerebral, pero se mantiene en vida vegetativa ya que recurrió a un respirador artificial, la designación de tres comisarios con € 450 millones, para analizar si hay alguna posibilidad de practicar una cirugía o algún trasplante.
En el caso del Iberia, el IAG no tuvo duda alguna y operó con anestesia local y luego de un duro tratamiento lograron hacer de Iberia una empresa rentable o que por lo menos no pierda. El tratamiento duró unos tres años y Aerolíneas Argentinas ya lleva 16 meses de diálisis y los análisis siguen dando mal.
Pero después de las elecciones de medio término, vendrán los reyes magos y todo cambiará, salvo que el negro Melchor, dicen el mas pícaro, sugiera hay que esperar hasta el 2019…
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