por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Hace casi un año, precisamente el 16 de marzo pasado, decíamos en el PDA  “…el desembarco de Avianca constituye un serio desafío a las autoridades con competencia en el transporte aéreo, ya que le exigirán inmediatas reformas a nuestra vetusta legislación. Ya se dio el primer paso con la liberación tarifaria, pero ahora debe venir lo más importante, que es la supresión del régimen de audiencia pública para obtener derechos para explotar rutas, la eliminación del art. 99 del código aeronáutico que exige para las sociedades comerciales  que la mayoría de capital debe pertenecer a argentinos nativos con domicilio real en la República, norma violada por el decreto 52/94 que está vigente por obra del decreto 1012/06. La ley 19030 debe ser lisa y llanamente derogada".

Luego agregábamos: "También LAN debe estar preocupada por este desembarco, porque Avianca es el otro grupo competidor de Latam, y es obvio que la competencia no solo se dará en el cabotaje sino en el tráfico internacional. Buena noticia la llegada de Avianca y complicaciones para Aerolíneas Argentinas, una empresa sin ideas, y LAN frente a un temible competidor. ¿Se acercará la idea de un cielo único para Latinoamérica? De hecho y por derecho Latam y Avianca ya operan libremente en todo este continente.”

Como lo decíamos antaño dábamos por hecho y lo seguimos sosteniendo que la compra de Macair por parte del grupo Synergy Aerospace era una buena noticia para el gobierno, y quizás mala noticia para el grupo LATAM, ya que veíamos que en verdad ese ingreso era una etapa más de la competencia entre estos dos grupos de transporte aéreo latinoamericanos.

Sin embargo, para que su ingreso fuera posible, el gobierno de Mauricio Macri debía realizar una verdadera revolución aeronáutica, ya que no es posible desregular la actividad  e ir a un régimen de “cielos abiertos” como lo está haciendo la ANAC, manteniendo vigente el código aeronáutico y la ley 19030, ambas normas nacidas paradójicamente de gobiernos de facto.

Llama la atención que un Presidente de la República deba convocar a un acto para anunciar que a dos empresas preexistentes, Andes y American Jet,  y a otra nueva, Alas del Sur S.A., fueron autorizadas para explotar determinadas rutas aeronáuticas, en el cabotaje  y en el transporte internacional, y declarar que es el comienzo de una revolución aeronáutica.

Asimismo, llama la atención las razones por las que fueron relegadas Avian y Fly bondi, pero según alguna información que pude recoger, las declaraciones hechas por el Ministro Dietrich al respecto afirmando que el tema Avianca está demorada hasta que se publicara un decreto sobre posibles conflictos de intereses debido a la pasada titularidad del grupo SOCMA sobre MAC AIR y respecto a Flybondi” , la necesidad de cumplir con ciertos requisitos técnicos por ejemplo contratos que acrediten el derecho para afectar aeronaves a los servicios pedidos.

En verdad, en el tema Avianca quien es señalado como el factor  de eventuales incompatibilidades o conflicto de intereses, sería la figura de Carlos Colunga, que pasó de ser Presidente de Mac Air a la función de vice presidente y con relación a Flybondi, la presunta vinculación entre  Mario Quintana, actual Secretario de Coordinación Interministerial” y el presunto dueño de la sociedad, el Señor Richard Guzmán.

Según  información que se nos hizo llegar en estos dos casos se habrían tenido en cuenta los límites legales fijados por el art. 99 del C. Aeronáutico y la ley 19030, pero también podría ser que Latam tuviera su propio lobby oficial, como me decía un escéptico observador de la realidad.

Una pregunta que  recién fue formulada públicamente anoche en el programa “Animales sueltos” y que seguramente tendrá respuesta en los próximos días en sede judicial ¿será cierto que Isela Costantini, recibió dos opiniones, una de ellas originada en la propia empresa y otra provenirte de un estudio ajeno a la empresa, sobre la presunta ilegalidad de Avian por no encuadrar en el art. 99 del Código Aeronáutico y los derechos que la ley 19030 acuerda a Aerolíneas Argentinas?

Aclarando que esa irregularidad también afectaría a Latam.

Es muy probable que ese haya sido el verdadero motivo que impulsó a Isela a renunciar a la presidencia de Aerolíneas Argentinas como lo hicimos saber hace ya varios días.

Recordemos una vez mas lo  que ese grupo explica en su página web: “LATAM Airlines Group S.A.es el nuevo nombre de LAN Airlines S.A., como resultado de su asociación con TAM S.A. LATAM Airlines Group S.A. ahora incluye a LAN Airlines y sus filiales en Perú, Argentina, Colombia y Ecuador, LAN CARGO y sus filiales; además de TAM S.A y sus filiales TAM Linhas Aéreas S.A, incluyendo sus unidades de negocio TAM Transportes Aéreos Del Mercosur S.A. (TAM Airlines (Paraguay) y Multiplus S.A.

Esta asociación genera uno de los mayores grupos de aerolíneas del mundo en red de conexiones ofreciendo servicios de transporte de pasajeros hacia cerca de 138 destinos en 25 países y servicios de carga hacia alrededor de 140 destinos en 29 países, con una flota de 335 aviones. En total, LATAM Airlines Group S.A. cuenta con más de 47 mil empleados”

Al respecto el Ministro Dietrich en su conferencia de prensa se refirió a Lan Argentina (sic)  y cuando intenta explicar que significa “cielos abiertos”, la confunde con la apertura del cabotaje. No está a la altura del tiempo o del transporte aéreo.

El gobierno de Mauricio Macri se especializa en generar aquello que Chesterton decía sobre las “virtudes locas”, veamos: “A causa de los vicios desencadenados. Los vicios, por cierto se desencadenan y se extienden y causan perjuicios. Pero las virtudes también andan desencadenadas; y las virtudes se extienden más desenfrenadas y causan perjuicios más terribles. El mundo moderno está lleno de viejas virtudes cristianas que se volvieron locas. Enloquecieron las virtudes porque fueron aisladas unas de otras y vagan por el mundo solitarias”. (Ortodoxia pag. 18 Capítulo III el suicidio del pensamiento)

Es lo que le ocurre a Macri, no dudo de sus intenciones y de su lógica, pero en transporte aéreo es imposible desregular o hacer algo distinto si se mantiene una normativa que impide romper el viejo molde.

Y en cuanto a su lógica también recurro a Chesterton que alguna vez dijo que la vida no es ilógica, pero es una trampa para los lógicos.

¿Será este el dilema de Mauricio Macri?

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