por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires
No solo ese sería el impedimento. Los costos de tasas y servicios aeronáuticos se consideran muy elevados, y tampoco se aceptaría por la naturaleza de la actividad que se realizaría con los ATR, tener que ir a morir a Intercargo.
Hasta ahora en esas “pequeñas cosas” que salen muy caras, aún no hubo cambios. El párrafo transcripto corresponde a la nota colgada en el PDA el pasado 25 de julio y los hechos nos están dando la razón.
Ayer también en el PDA se anunciaba la demora –por ahora- de los proyectos del Señor Germán Efromovich para desembarcar en Argentina con Avianca.
Dice la noticia: “Las razones de la decisión son varias. La mayoría de ellas tiene que ver con el resabio de un mercado aerocomercial dominado por Aerolíneas Argentinas, donde, además de ser la empresa más grande, funcionó especialmente durante los últimos años, como regulador del sector y tapón de ingreso a la competencia. Cuestiones laborales, costos del sistema aeroportuario y de los servicios en tierra habrían puesto alertas a los inversores”.
Prácticamente lo que habíamos adelantado hace unos quince días se ha confirmado, y además esa decisión ratifica algo que a la gente de Efromovich no le gusta repetir, pero tiene que ver con el dominio excluyente de Aerolíneas Argentinas en nuestro mercado aéreo a tal punto que su futuro económico dependería del negocio del cabotaje, ya que la aspiración máxima en los tramos internacionales de largo recorrido sería por el momento no perder dinero.
Me decían días pasados “off de record” algo que no es ningún secreto, los salarios en la industria los fija de hecho Aerolíneas Argentinas, que subsidia el estado. En cambio los privados lo tenemos que bancar con nuestros ingresos por la cuenta de servicios. Intercargo es un problema insoluble, casi es una condición no negociable que la empresa pueda elegir o autoprestarse sus servicios de rampa. En un mismo plano se plantean las cuestiones laborales, el plan de negocios no se condice con tener varios convenios colectivos de trabajo con rigidices económicamente inmancables en este negocio del transporte aéreo.
Como vemos, este sistema de privilegios perjudica a mucha gente que se ha preparado para trabajar en transporte aéreo, pero no puede hacerlo ya que de hecho solo hay dos demandantes en el mercado Aerolíneas Argentinas y Latam.
El personal de Sol ha pagado parte de este precio. Como vemos el dinero del estado volcado hacia Aerolíneas Argentinas genera una competencia irregular y corrompe el mercado.
Veamos, pasa como con el estado. Ante la pérdida de puestos de trabajo en el sector privado por las precarias condiciones del sistema económico, el estado se ha convertido, como antaño, en una suerte de seguro de desempleo, y así en la década ganada en el ámbito del Poder Ejecutivo el empleo creció un 46% y hoy habría alrededor de 3,6 millones de empleados públicos.
En el caso de Aerolíneas Argentinas, su plantilla que gira en torno a los doce mil empleados alcanzó esa dimensión debido a que absorbió empleo no necesario que penaliza ferozmente su productividad.
Más grave aún es que la política ejecutada en los últimos años y que se mantiene en lo sustancial, impide el crecimiento y el consecuente desarrollo del transporte aéreo, como lo pone en evidencia el intento del Señor Germán Efromovich y el grupo Avianca.
Es cierto que la ANAC ahora actúa con más transparencia y un criterio más amplio para facilitar la conectividad internacional, pero paradójicamente al mantener lo que llamaría el “cepo aeronáutico” constituido por la arcaica ley 19030, nuestro vetusto código aeronáutico y un sistema laboral que fragmenta a las empresas, se dificulta e impide la creación de nuevas fuente de trabajo.
Además, y esto suena a paradoja, la conducta más liberal de la ANAC chocaría con lo que nosotros llamamos el “cepo aeronáutico” ya que es un verdadero oxímoron político.
Por ahora en el grupo se habla de demoras que podrían extenderse por un mínimo de un año. Al oído me dicen que se esperaría el resultado de las elecciones de medio término del próximo año…y de paso ver qué pasa con Aerolíneas Argentinas…(¿seguirá recibiendo subsidios…?)
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