La era de las disrupciones ha llegado
Domingo, 07 Agosto 2016 20:25

La era de las disrupciones ha llegado

No se sabe cuándo ni cómo, pero la llegada de un modelo de negocio disruptivo en la industria de los viajes aéreos es una certeza para la que hay que estar preparado. Eli Senerman, director senior de Digital de la aerolínea Latam, está convencido de ello y por eso lidera un ambicioso y paulatino cambio que apunta a potenciar la experiencia digital que ofrece la compañía. De hecho, aspira a convertir a Latam en una de las 10 mejores plataformas online del mundo en su rubro.(www.elpais.com.uy 5/8/16).

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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

 

Agregaría que la “disrupción” para la RAE significa “rotura o interrupción brusca”, parecería ser el signo de esta era que nos toca vivir y que muchos llaman “postmodernidad”, que con sentido común quisiera decir que vivimos más allá de nuestro tiempo, sería como vivir en el futuro o fuera del tiempo.

 

Por eso, Eli Senerman dice con buen criterio que no se sabe cuándo llegará la disrupción en la industria de los viajes, y agregaría para limitarlo a los contenidos de este portal, tampoco en la industria del turismo.

 

Ser moderno significa vivir el presente o en el tiempo en que se habla, ser “postmoderno”, es un verdadero oxímoron, ya que es una palabra que violaría el principio de “no contradicción”.

 

Por el contrario la “disrupción” es un fenómeno moderno y tiene que  ver con una determinada concepción del futuro y en ese sentido diría que vivir la vida es una permanente disrupción, es una tarea que realizamos desde que nacemos y cuyo resultado ignoramos.

 

Pedro Miguel Obligado lo supo decir en un soneto: “Siempre sueño que estoy por dar exámen y se va a descubrir mi insuficiencia, que acosado a preguntas sin clemencia, no sabré responder cuando me llamen” y unos versos más adelante agrega: “sufro….como todos durante la existencia, pendientes de una prueba y un dictamen…”

 

Parafraseando a Ortega, diría que la cultura es la sabiduría que nos dio Dios para poder encontrar la salida a todos esos raros laberintos o caos por los que transcurre la vida.

 

Vivimos en una época, en ese sentido siempre somos modernos, o deberíamos ser modernos, debemos estar preparados para resolver las incógnitas, los exámenes de Pedro  Miguel Obligado, que  nos presenta la vida a diario. Debemos vivir en la época que nos toca, no tenemos alternativa,  y eso significa que debemos  vivir de acuerdo a la altura de ese tiempo, a las ideas de esa época, la cultura, no la ciencia, es la fuente que nos dará las ideas para enfrentar la “disrupción”.

 

En ese punto debemos recurrir a la ciencia y tecnología disponible que es lo que nos trasmite Eli Senerman  en la nota que también recogió “Aerolatin News”, el pasado viernes 5.

 

Si simplificamos la cosa, la disrupción no es más que lo que llamaríamos evolución o crecimiento.

 

Lo vengo adelantando, el turismo está viviendo la disrupción generada por la llamada “economía colaborativa” a la que se ataca con saña e hipocresía.

En la economía colaborativa se pueden dar los mismos niveles de evasión o elusión que se dan en los servicios turísticos, pero es una falacia afirmar que se trata de una actividad ilegal.

 

En general los que recurren a las páginas web disponibles para contratar cualquier servicio turístico, está blanqueando cada contrato. Esto significa que el control informativo de esas contrataciones es muy fácil de hacer hoy día.

 

La persona que alquila un dormitorio de su casa y ofrece un desayuno o cena, percibe un ingreso que deberá declarar al fisco y si no lo hace será un evasor, pero la culpable no es la economía colaborativa.

 

Lo mismo pasa con Uber. Toda la a operación es blanca, ya que se paga por medios electrónicos, y por tanto quien evade el pago de impuestos se expone a ser fácilmente detectado y reprimido.

 

Uber a su vez deberá pagar impuestos en cada país, ya que genera ingresos en esa fuente local. Si no los paga los estados deberán proceder, pero no culpen a Uber.

 

Pasa que Uber descubre el negocio de las habilitaciones de las licencias y su hoy genuina inutilidad, por lo menos en mi experiencia, es incomparable la calidad de los vehículos “Uber” con la del servicio de taxis ordinario.

 

Pero con relación a Uber, los más disruptivos ya piensan que en poco tiempo pueden generalizarse los autos sin chofer o los aviones comandados por uno o dos operadores de sistemas o aviones sin pilotos…no olvidemos que naves no tripuladas llegan a cualquier planeta del universo….con precisión absoluta.

 

No se cómo algún gremio aeronáutico aun no organizó un paro o piquete contra los viajes interplanetarios no tripulados. Háganlo ahora porque mañana será tarde.

 

Días pasados me invitaron a una charla en la que me aburrieron con gráficos y estadísticas de cómo se fueron incrementado los pasajeros que usan el avión, los aeropuertos y servicios turísticos en general.

 

Miraba a la gente aplaudir y celebrar la nitidez de cada gráfico o cuadros y luego en uno de los “break”, escuchaba comentarios muy snobs, cuando se suponía que todos los que estábamos allí deberíamos saber que todo eso había ocurrido.

 

Todos sabemos que es lo que fue, necesitamos saber cómo nos preparamos para lo que vendrá y no me vengan con que el tráfico turístico crecerá el 4,5, el 26,8 y medio o 323, 4/avos.

 

Preparémonos para el futuro, el pasado es inmodificable y tampoco mucho nos sirve como experiencia, salvo que lo ubiquemos a la altura del tiempo de su época y allí veremos la importancia de la cultura, para bien o para mal.

 

Lo demás es marketing y lo digo con respeto.

 

Portal de América

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