Diálogos en tierra de alto vuelo…
Jueves, 05 Agosto 2010 20:08

“Tengo que hacerte un reproche”...la voz me resultó conocida, me levantaba de mi cómodo sillón en el bar del Sheraton “Libertador”, mientras dejaba de leer las noticias en mi blackberry, se me caía un sobre que tenia sobre mis rodillas y volcaba mi vaso de agua mineral sobre la mesa y algunas gotas cayeron al suelo.
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por Luis Alejandro Rizzi, desde Buenos Aires

Levanté la vista y me estreché en un abrazo con un viejo amigo de muchos años, ex piloto y ex gremialista con el cual compartimos momentos complicados allá por la década del 70 junto a nuestro recordado Ruben Sánchez despedido de Aerolíneas Argentinas por usar pelo largo y barba lo que lo convertía en subversivo.

Una ley del gobierno de facto había servido de fundamento para el despido.

Hicimos el juicio, pese a que algunos me prevenían sobre la inconveniencia de patrocinar a un “subversivo” y obviamente lo ganamos aunque Sánchez nunca buscó reincorporarse y se dedicó a la jardinería actividad en la que aun hoy continúa.

Recordé los años que habían pasado desde entonces y para mi satisfacción aun mantengo vivo el recuerdo de su calidez humana y su sentido ético de la vida.

“Estas equivocado con el tema de AEROVIP”, insistió.

Me lo quedé mirando como esperando una aclaración o la razón de su imputación.

La verdad, es un tema muy confuso, le dije.

“¿Sabias que AEROVIP solo tiene un CESA (certificado de explotador de servicios aéreos) para servicios no regulares de cabotaje?”
“Sabias que había una orden verbal de “arriba” para que se amplié ese CESA” y que se advirtió como corresponde que no estaban dadas las condiciones para acceder a la ampliación del CESA y que en todo caso se debía pedir una “audiencia pública”, como cuestión previa.

Realmente desconocía ese hecho y mi cara delató mi sincera y lógica sorpresa.

“Lo que pasa que ese expediente tendría que haber ido a jurídicos para que dictamine sobre la procedencia de la pretensión de AEROVIP.”
Hice la pregunta obvia “…porqué no pasó…”

“No se, quizás por la tensión o el temor que se experimenta cuando se recibe una “orden verbal de arriba”, acotó mi viejo amigo.

Luego de un respiro mientras tomábamos ya el tercer o cuarto café, esta vez no hubo ni champagne ni “JB”, ya que estaba con mi auto y jamás tomé una gota cuando tenía que manejar en un tiempo inmediato, mi amigo completó su “informe” en el que fundaba su “reproche”: “Si faltaba algo los gremios estaban al tanto de este tema y metieron la denuncia y la ANAC…”

Gabrielli, dije yo,

“No, la ANAC ordenó cancelar el vuelo en el mismo aeropuerto de BRC, el Rolo estaba en MIA…”

“A partir de ese momento”, agregó, “Gabrielli fue…”

Los funcionarios uruguayos estaban al tanto de esta historia que evidentemente tiene o suena a grosería, pregunté con ingenuidad.

“La inseguridad, a veces sirve para estas cosas, “como dice el dicho a río revuelto ganancia de pescadores…”, “…vos sabes como son las empresas…”

“…La autoridad aeronáutica uruguaya no estaba muy convencida…”, continuó luego de esas pausas que suele hacer habitualmente como para darle algo de suspenso a su relato.

Pero dejó hacer, comenté.

“Y si…respondió”, para luego de dejar pasar unos segundos, reflexionó, “…quizás alguna cabeza debería caer…”

A continuación mi amigo me hizo algunas consideraciones personales sobre mi manera de manejar las cosas, pero obviamente las paso por alto, aunque siempre alegra recibir mimos aunque provengan de un amigo que nada tiene de imparcial….

“En el tema “AEROVIP” te involucraron, me dijo al pasar.

Lo plantearon de otro modo, respondí, mientras recordaba algunas llamadas del famoso 23 de julio a eso de las 19.30.

Al margen no me gusta que queden pasajeros varados, más cuando son ajenos a los hechos. Mi respuesta sonó como una justificación, pero también debo decir que tengo la convicción que los servicios públicos deben estar al servicio de la gente a la que no podemos tener de rehén o victimas de nuestras acciones.

Luego nuestra conversación tomó otro rumbo siempre dentro del ámbito aéreo y no pudimos evitar caer en aquello de que todo tiempo pasado fue mejor…

Llamó mi mujer para avisarme que la podía pasar a buscar por la calle Viamonte al 1300.

Esta vez me tocó pagar, fui a buscar mi auto que estaba en el estacionamiento subterráneo de la Avenida Córdoba y mientras iba por mi mujer me puse a pensar donde poder cenar con un buen asado al ruedo…

Portal de América

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