por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires

Suelo ubicarme en el primer piso junto a los ventanales que dan a la calle Paraguay siempre de espaldas a la bella Luciana que desde la barra administra la facturación.
Generalmente me atiende Luis, mi homónimo, antes era Julio ahora descendido a la planta baja, que ya conocen sobradamente mis gustos, el café a la mañana con una mini medialuna, la copa de chandon a la tarde con medio tostado o medio carlitos como lo llaman en otras latitudes.

El lunes pasado, en medio de esa incómoda llovizna que saturaba a la ciudad de Buenos Aires que contemplaba desde mi posición, ocupó la mesa que estaba enfrente de la mía una pareja de turistas españoles que pese a la lluvia, el frío y la humedad de casi el 90% no disimulaban su placer o alegría por estar en Buenos Aires.

“Pues es una gran ciudad”, le decía él a ella para agregar de inmediato
“No me imaginaba a Buenos Aires como una gran ciudad, pero si parece Madris…!” comentó en voz alta y con esa terminación de la “d” convertida en “s”.
Desde mi sitio no podía dejar de escuchar su conversación así supe que eran “pareja”, que ella recién se había divorciado y no estaba claro que tipo de relación sentimental o sexual los unía. Ella, supe, se llamaba Mercedes, tendría unos cuarenta años, era una mujer muy atractiva, morocha, pelo negro y me hacia acordar a una de las integrantes de Azúcar Moreno.

Él aparentaba ser sesentón, muy bien vestido y tenia la pinta de ser un gran señor o “señorón”, afiliado al Partido Popular de España y devoto admirador de Aznar, por el contrario en un momento se lamentó que Rajoy sea el actual jefe del partido.

Cada tanto le tomaba la mano a Mercedes y le susurraba alguna palabra que imaginaba de amor que no podía escuchar pese a mis esfuerzos auditivos.
Lo cierto es que sin darme cuenta comencé a hablar con MERCEDES y JULIAN, así se llamaba él.
Como es costumbre y especialmente entre los españoles nos tuteamos.
Eres de Buenos Aires, me preguntó Julián al tiempo que le pedía a Luis que me trajera otra “cava”
Yo te invito.
“Si”, le dije, “vivo en Belgrano”
Bonito barrio, acotó Mercedes con un tono de simpatía y sensualidad que me hizo sonrojar pese a mi edad…
Estuvimos esta mañana, resulta que en la calle Villanueva vive la hermana de ella, por Mercedes, es un barrio muy distinguido, y aprovechamos para caminar por Virrey Loreto, 11 de septiembre, Avenida del Libertador, es impactante, muy lindo, muy distinguido, repitió Julián.
La hermana de ella, Rocío, es médica y está casada con un medico argentino por eso se vino a la Argentina hace ya diez años, ¿no?
Si creo que fue en el 99 porque luego fue la crisis, ¿recuerdas? Respondió Mercedes. Fue cuando el banco se les quedó con los dólares…por suerte fueron solo unos miles... (sic).
La verdad sea dicha esa mujer me inhibía y tenia esa cualidad que tienen algunas personas que cada vez que hablan parece que lo hacen desde su intimidad como si en una muestra de complicidad compartieran un secreto íntimo o alguna infidelidad.
Debes estar orgulloso de Buenos Aires, afirmó Julián. Jamás me hubiera imaginado que era una ciudad así.
Sin darme tiempo a decir palabra, continuó
Claro está tiene sus problemas Ahora parece que quieren meter preso al Jefe de gobierno”
Que sabes tú, preguntó a renglón seguido.
Como mierda le explico a este “gallego” la cuestión de Macri en dos palabras, pensé para mis adentros.
“Mirá, esta acusado de armar una red de espionaje…”
Que barbaridad, comentó Julián que se me quedó mirando como si pusiera en duda la certeza de lo que le contaba.
¡Como un hombre de su calidad se va a dedicar a esos menesteres espurios…! agregó
Pues sigue, me interesa este tema.
Retomé mi relato y le expliqué que había tomado la decisión de formar una policía local...
Una vez más me interrumpió Julián para decir
Si estuvo en Madrids… para recabar información, me parece una idea excelente”
Una vez mas retomé mi relato: “…Pero se le infiltró gente de la Policía Federal que depende del Poder Ejecutivo nacional y lo comprometieron en escuchas de un pariente o familiar y de un tal Burstein, dirigente de la comunidad judía, en un episodio muy confuso en el que habría intervenido la SIDE…”
La SIDE que es eso, pregunto Julián.
“…Era el Servicio de Informaciones del estado una especie de caricatura de la CIA o del servicio secreto ingles., aclaré, que siempre se uso con fines de política partidaria y facciosa….”
Julián me miró con una mueca de incredulidad y dijo en tono de pregunta:
En fin le hicieron una trampa y ahora el MAURICIO tiene que correr de atrás.
Bueno, en realidad parece que si, le respondí
Para terminar con este tema le pregunté a Mercedes que escuchaba sin prestar atención
“¿Cuándo llegaron a Buenos Aires?”
La semana pasada, pasa que fuimos directo a tierra del Fuego y a Calafate “El condado de los Kirchner” agregó con cierta dosis de picardía
Si son los condes del lugar dije. Es el lugar de Cristina en el mundo y en verdad el Calafate es el condado de los “KK”.
Cristina es vuestra presidenta, no, preguntó Mercedes. Asentí con un gesto.
Julián, mientras escuchaba a su mujer, ratificó que el sur lo había fascinado
Llegamos a Buenos Aires el sábado con un día de demora por eso de los vuelos y la nieve y el frío, y la ciudad nos deslumbró.
Me encantó GALERIAS PACIFICO, es un lugar muy elegante y ofrece cosas de altísima calidad y no me pareció caro, agregó Mercedes
Pues Mercedes ha debido comprar otra maleta que ya está completa.
“¿Es la primera vez que viene a Buenos Aires?”
Si. Mercedes hace tiempo que quería venir pero cada vez que planeaba un viaje Rocío viajaba para Madrids.
“¿Cuando regresan?”.
Bueno el miércoles viajamos a Punta del Este queremos conocer ese lugar del que todos hablan. Rocío es una enamorada del balneario, respondió Julián, cada vez que pueden se van para allá. Tienen un apartamento. Nosotros nos vamos a un Hotel.
Luego regresamos con IBERIA desde Montevideo, alli estaremos dos noches en el Sheraton.
Había pasado más de una hora cuando Mercedes miró la hora:
Son las siete y media, a las ocho y media nos pasan a buscar por el hotel.
Si vamos a cenar al Homero Manzi. ¿Es bueno, no?, preguntó Julián.
Les respondí afirmativamente.
Nos despedimos con la promesa de volvernos a ver sea en Madrid o en Buenos Aires o en algún otro lugar sabiendo que lo mas probable era que no nos veríamos mas.
No dejes de llamarme si vas por Madrid, se despidió Julián, mientras Mercedes se despidió con un beso y una enigmática sonrisa, por lo menos es lo que me pareció.

Los vi bajar por la escalera, Luis y Luciana ya se habían retirado, me puse mi campera, agarré mi cartera y también fui rumbeando para mi casa, opté por irme hasta Retiro para tomar el tren de cercanías, como dicen en España.
Me carcomía una incógnita que no pude dilucidar
Julián y Mercedes, eran pareja, estarían casados, serían amantes….
En fin eran turistas…

Portal de América