Ómnibus y aviones: los mismos males, las mismas políticas
Viernes, 28 Mayo 2010 00:00

Las empresas de transportes de ómnibus especialmente las agrupadas en la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte automotor tienen motivos para la queja no solo porque la competencia en el medio no es todo lo leal que debería ser, sino porque además existieron favoritismos, los que siempre benefician a unos y perjudicaron a otros.
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por Luis Alejandro Rizzi desde Buenos Aires
Los permisos para la explotación de servicios públicos de transporte automotor deben concederse “…previa substanciación del procedimiento de licitación pública, sobre la base de los requisitos que se establezcan en los respectivos Pliegos de Condiciones Generales y Particulares.

La mencionada Autoridad podrá adjudicar los servicios a todos los postulantes presentados al proceso licitatorio, previa constatación del cumplimiento de la totalidad de los requisitos que se desprenden del Pliego de Condiciones Generales, siempre que el número de aquéllos no resulte excesivo para cubrir la necesidad de transporte en la nueva línea establecida. Dicha Autoridad deberá promover al menos una vez por año, el procedimiento de licitación pública a que se hace mención en el presente artículo…” (Decreto 958/92).

En el transporte aéreo, la concesión para la explotación de rutas se hace mediante el ya obsoleto sistema de la audiencia pública y luego de sustanciada la misma, la autoridad debe resolver sobre los pedidos formulados.

Pues bien ni la ex Subsecretaria de Transporte aéreo, ni hasta ahora la flamante ANAC,  ni la Secretaria  de Transporte han llamado a audiencia publica desde 2005 ni llamado a licitación en los últimos años.
En el transporte aéreo duermen varios pedidos de audiencia pública siendo uno de ellos el legendario de AIR PAMPAS, que finalmente sucumbió no solo en los vericuetos de la burocracia sino por la alergia política que provocaba su mentor don Antonio Mata Ramayo en las esferas del gobierno y en los medios gremiales.

En el transporte automotor no solo hace años que no se llama a ninguna licitación sino que se han concedido “permisos precarios” a troche y moche o en todo momento y de cualquier manera en lenguaje mas académico, a ciertos beneficiarios llegándose al extremo que habría tramitando un expediente ante la Secretaria de Transporte de la nación (Expte. S01; 0391722/2007) por el cual esa “precariedad” podría convertirse en adjudicación definitiva  sin licitación.

El índice Herfindahl (H), también llamado Herfindahl-Hirschman (HHI), mide la concentración en un mercado, el tamaño relativo de las empresas. Es usado al evaluar situaciones monopólicas, compras y fusiones de empresas Un mercado con alta concentración afecta a la libre competencia. Si una sola empresa controla el mercado se habla de ‘monopolio’; si lo controlan unas pocas empresas, se habla de ‘oligopolio’. (Definición tomada de la Universidad de Viña del Mar).

Aplicando este índice se advierte la alta concentración existente en los principales mercados, situación que pareciera se pretende consolidar mediante algún sistema de adjudicación directa.
A su vez existirían otras políticas discriminatorias en la distribución de los subsidios al combustible que próximamente seria denunciada para determinar su veracidad.

En el transporte aéreo parecería que el objetivo es defender a Aerolíneas Argentinas y Austral mas ahora  que han ingresado a la orbita estatal aunque aun de manera bastante heterodoxa según lo explicamos días pasados.
La rápida internacionalización del Aeroparque de la ciudad de Buenos ante un pedido de Aerolíneas Argentinas Aires fue una pequeña muestra. Personalmente estoy de acuerdo con esa decisión pero debió haber sido consecuencia de una política de la ANAC previamente anunciada para respetar el derecho a la igualdad de oportunidades.

Las empresas de transporte terrestre hacen hincapié en el desorden tarifario que en varias rutas pondrían el billete aéreo a la par o por debajo del billete terrestre lo que es un verdadero despropósito.
Las empresas aéreas y parecería AEROLINEAS ARGENTINAS incluida, reclaman por los bajos niveles tarifarios en el sector  lo que no deja de ser cierto.

Esta breve reseña plantea la grave cuestión del transporte en la argentina ya que hasta el día de hoy no hay una política  coherente y transparente.
Como muestra y según publicaciones periodísticas se advierte  la espuria relación que parecería que existió entre un ex secretario de Transporte y algunas empresas de transporte terrestre que a su vez explicarían el grado de concentración descripto.

En el transporte aéreo se sigue perdiendo dinero, las llamadas empresas privadas de capital nacional viven de diferentes subsidios lo que nos ha llevado a que en 2010 vuelen en el cabotaje casi la mitad de aeronaves que operaban durante la década del 90.
En fin como en la historia de los últimos años vivimos cautivados por los fracasos.

Pues bien sigamos fracasando…

Portal de América


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