por Eliseo SequeiraLeyendo los resultados de ambas, inmediatamente se nota las diferencias de enfoque y practicidad. Eso es bueno, por ser sus participantes distintos, y por obedecer ambas a niveles de aplicación diferentes. La de Uruguay, responde a niveles de acción a escalas municipales, donde hay que obtener un resultado ya, más allá de concepciones políticas o incluso técnicas. La de Bolivia responde más a razones de sentimientos, y resultó en muchos pedidos de conciencia a los países desarrollados y a los que tendrían que haber presentado mejores resultados en Copenhaguen. Las dos estuvieron bien, aunque la experiencia me indica que a la larga la de Uruguay tendrá más resultados a largo plazo que la de Bolivia, por más que quisiera que fuera al revés.
Pero hay un punto donde encontré una discrepancia, que mucho me temo obedece más a intereses económicos y no medioambientales. En la reunión de Uruguay, una de las sesiones temáticas era "Finanzas de Carbono, Cooperación Inter-regional", siendo éste un tema más de índole nacional que de escalas territoriales menores. En la de Bolivia, el tratamiento de este tema resultó en las siguientes declaraciones:
- Condena los mecanismos de mercado, como el mecanismo de REDD (Reducción de emisiones por la deforestación y degradación de bosques) y sus versiones + y ++, que está violando la soberanía de los Pueblos y su derecho al consentimiento libre, previo e informado, así como a la soberanía de Estados nacionales, y viola los derechos, usos y costumbres de los Pueblos y los Derechos de la Naturaleza.
- Compensación directa y adicional a las fuentes de financiamiento comprometidas por los países desarrollados, fuera del mercado de carbono y nunca sirviendo como las compensaciones de carbono (offsets).
- Demanda a los países a detener las iniciativas locales en bosques y selvas basados en mecanismos de mercado y que proponen resultados inexistentes y condicionados.
No me cabe la duda que la reunión de Bolivia resultó lapidaria con respecto a las "finanzas de carbono", hecho que no puedo respaldar, pero mucho menos atacar. Entiendo que dicha posición está más cerca de la realidad, y que el "mercado de carbono" no es más que una inmensa cortina de humo que intenta cubrir "agendas ocultas" donde priman los intereses económicos y se vulneran los derechos ambientales. Sólo el tiempo y los hechos demostrarán donde está la verdad. Mientras, las limitaciones existentes en el acceso a la información, especialmente la oficial, conspiran en contra de la verdad.
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