La estadística, esa ciencia vapuleada
Miércoles, 04 Noviembre 2015 22:35

La estadística, esa ciencia vapuleada

Las recientes elecciones presidenciales argentinas nuevamente pusieron en jaque una herramienta básica de la estadística: las encuestas. Esta herramienta está presente en todas las actividades productivas, económicas y sociales del ser humano, y se intenta a través de encuestas representar el presente y aventurar el futuro.

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por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

Pero diferencias mayores al margen de confianza entre lo relevado por las encuestas y los resultados en las urnas en las elecciones argentinas, y por que no recordarlo, en las elecciones uruguayas del año pasado, viene a poner sombras de dudas en la herramienta. No puedo dejar de mencionar que dicha sombra alcanza también a las estadísticas de turismo provenientes tanto del Ministerio correspondiente como del organismo mundial, la OMT.

Pero no se puede extrapolar entre ambos casos. Una encuesta es apenas el tomar una muestra de forma y tamaño tal que pueda representar la población o hecho que se está estudiando. En el caso de una elección, se accede a la población entera, el número es exacto, sin margen de error. En el caso de los datos de turismo, no deja de ser una muestra, y al día de hoy, a pesar de los avances tecnológicos, es imposible acceder a la población total.

Entonces, ¿se debe dejar de hacer encuestas? No, de ninguna manera. Lo que se debe hacer es no pretender usarla para lo que no sirve, o manejarla para demostrar un exitismo que no es tal, y transparentar el margen de error que tiene el trabajo.

Pongamos un ejemplo práctico: si el margen de error de una encuesta es del 3% (normal en encuestas electorales), una diferencia del 2% no permite hacer ninguna afirmación. Si la realidad da un resultado como el de las elecciones argentinas, que preveía que un candidato sacara más del 40% y una diferencia mayor al 10 %, y al final fue 37% y apenas 3% de diferencia, el encuestador deberá necesariamente revisar el formato de la encuesta, el tamaño de la muestra y la forma de seleccionar esa muestra.

Pero en el caso del turismo es aún más complicado, pues los resultados que se exhiben no sólo provienen de encuestas, sino también de fuentes indirectas. Por ello, al reciente dato de "aumento del 4% del turismo mundial" dado por la OMT no le dimos la relevancia que otros medios le han dado. Porque en la medida que investigamos en las metodologías empleadas, en los tamaños de muestra y en la forma en que se completa ese tamaño de muestra, aumentan las dudas y disminuyen las certezas.

Por ello, volvemos a insistir que la estadística que realizan los organismos públicos, sean nacionales o internacionales, sirven sólo para los fines de los mismos: fundamentar políticas y justificar gestiones.

Los privados, si quieren dejar de estar expuestos a los vaivenes de la realidad, deberán  de sacarle provecho a las estadísticas, con objetivos claros y buscando quien se las haga profesionalmente y apoyarlo. Esto tiene un costo, el cual normalmente es muy inferior a no tener la herramienta. Y requiere un compromiso de los participantes, porque el "que se hagan con los datos de los otros y no con los míos" es peor que hacerse trampa al solitario.

Se logrará?

Portal de América

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