por Eliseo Sequeira

Comencemos por el MH370, desaparecido el 8 de marzo pasado en ¿el océano Índico?. A pesar de todos los avances tecnológicos, la búsqueda se realizó como "dando palos de ciego". Entre los datos más relevantes, están que el avión cambió el curso y maniobró para "desaparecer" de los radares, lo que indica una acción proposital por alguien estendido que posiblemente fuera en el avión. En este mundo hiperconectado, fueron varias las versiones de un posible "secuestro", pensando en hacer "desaparecer" a determinados pasajeros.

El misterio sigue, y no hay atisbo que se devele.

Sigamos con el MH17, derribado en Ucrania cerca de la frontera rusa. Ese no fue un accidente. Lo que pasa es que el hecho que un misil impacte en un avión comercial en un área desolada, y no haya una cámara que lo filme, no implica que el hecho no haya sucedido. Y es tan grave como estrellar un avión contra un edificio o explotar una bomba en un lugar público.

Las versiones cruzadas indican que hay varios posibles culpables, y nuevamente se habla de intereses, y que el avión fue derribado por "error". ¡Qué horror!

Hace dos días, un avión de TransAsia Airways se estrelló en Taiwán dejando 51 muertos. El equipo era aparentemente un ATR. Aún no hay información de las causas, pero las condiciones climáticas adversas (un tifón) tienen que haber sido decisivas.

Y ahora desaparece un avión de la compañía española Swiftair que estaba operando para Air Argelia. Se especula la posibilidad de haber sido afectados por vientos fuertes sobre una zona desértica, versión que surge por una comunicación de la aeronave que cambiaba su curso debido al mal tiempo.

Al rato de haberse conocido la noticia de la desaparición de la aeronave, y antes que hubiese información al respecto, ya había circulado en las redes que la hija de Raúl Castro viajaba en este avión. Dicen que su nombre había sido colocado por el aeropuerto de Burkina Faso. Por  suerte Mariela (Castro) estaba atenta (o le avisaron) y salió por la cadena venezolana Telesur a desmentir la "noticia".

Ante todo esto, no podemos hablar de "mala liga". Cada vez tenemos más que pedir: ¡paren con la desinformación!

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