Sufrimos el terremoto de Haití, el desastre en Machu Pichu, las inundaciones en San Pablo, una avalancha en Italia, el desastre en la isla de Madeira, Portugal, temblores, oleajes mayores, vientos huracanados en varias regiones y este fin de semana el terremoto en Chile y el desprendimiento en la Antártida de un gigantesco bloque de hielo de 2.550 km cuadrados.”
Desde el vamos entiendo que es poco serio meter en la bolsa de “catástrofes climáticas” eventos como los temblores y terremotos, que son de origen geológico, muy lejos del clima, por más que se los quiera vincular a la extracción petrolífera.
Pero menos serio aún es poner “…presenta como única solución al auto eléctrico ya que no emite gases ni consume oxígeno …”. Ya indicamos que podrá ser una de las soluciones sólo bajo determinadas condiciones. Pero para un problema complejo como el cambio climático, que tiene infinidad de elementos actuando sobre él, nunca podrá haber una sola solución.
Por algo la comunidad científica habla de “adaptarse”, lo que implica infinidad de cambios que habrán de irse dando paulatinamente. Y son tantas las incertidumbres, que en más de una ocasión se estará actuando bajo el viejo principio de “prueba y error”, que es el más costoso para toda la comunidad, y especialmente para los que manejan menos información y tienen menos capacidad para procesarla.
Estoy de acuerdo en que por algún lado hay que empezar, y que los tiempos de espera se agotaron. En este momento se está discutiendo a nivel parlamentario nuestra matriz energética, y se quiere transformar este tema en política de estado. Habrá que estar atento a los resultados de esta discusión, y a las medidas que se sugieran. Estoy seguro que no surgirán soluciones “únicas”, porque sería nefasto para el futuro del país.
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