por Eliseo Sequeira, desde Montevideo

Los operadores turísticos están ultimando detalles de las salidas de Carnaval, rogando que el clima acompañe, y vendiendo Semana de Turismo (o Santa, de la cerveza, criollla). En el medio, tendremos al mes de marzo, el cual probablemente sea menos lluvioso y ligeramente más cálido que febrero. Cuidado, no confundir esta probabilidad con un pronóstico, pues está basada en la experiencia de 30 años y no en el estudio profundo de este año en particular.

Si esta situación se torna realidad, es seguro que todos se olvidarán del clima hasta la próxima vez que les arruine una zafra o temporada. Es una historia que ya se ha vivído en el sector agropecuario, donde a pesar de estar estudiado el ciclo hidrológico y las probabilidades de inundaciones/sequías, en el común denominador del razonamiento de los productores se ve con excesiva frecuencia el predominio del ciclo hidroilógico.

Para el que quiera tomar sus previsiones, que sepa que se tendría que preparar un sistema que ayudaría a la toma de decisiones para todas las actividades al aire libre. A inicios de la década de los 90 ya había sido preparado, pero una serie de decisiones administrativas y operativas vinculadas a intereses no institucionales lo echaron por tierra. Ello lleva tiempo (hablamos de muchos meses, porque desconocemos el estado en que dejaron los archivos históricos del hoy Instituto Uruguayo de Meteorología) y esfuerzo, y una férrea voluntad política de todos los partidos, que es dudoso pueda lograrse en un año electoral.

El tiempo (cronológico) corre. ¿Habrá quien se anime con el tiempo atmosférico?

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